Desde
que Agustín Lara
se casó con María
Félix sabía que no se la merecía, y tan sólo dos años después de su
matrimonio los celos consiguieron acabar con su relación. Pero entre bronca y
bronca su alma de enorme poeta y músico creó canciones increíbles dedicadas a
quien en ocasiones amaba más que a su vida, y de ellas ésta que hoy os
presentamos se ha convertido en una canción inmortal para todos los países de
habla hispana. Dedicado a todas las Marías del grupo, bonitas a rabiar.
Plácido Domingo
(al que hemos tenido en estas entradas) nace en Madrid en 1941 hijo de dos célebres cantantes de zarzuela, con ocho años se
marcha a México donde se forma musicalmente. Aunque es tenor, su debut lo hace
en 1959 como barítono, lo que nos demuestra el gran dominio que tiene de su
voz. Su primer gran éxito lo consigue con la Ópera de Tel Aviv en 1962 siendo
llamado a actuar a los grandes espacios operísticos como el Metropolitan
Opera House de Nueva York, La Scala de Milán o
el Covent Garden
de Londres donde es aclamado como el más versátil de los cantantes líricos
tanto por ser un políglota perfecto como por su gran capacidad actual que le
imprime gran calidad a sus interpretaciones, siendo célebre su papel en Otelo. Uno de sus
grandes aciertos ha consistido en tomar canciones populares y dotarlas de la
carga lírica y musical suficiente para pasar a ser repertorio de las estrellas
operísticas, como es el caso de esta María
Bonita. Además ha tenido gran éxito al popularizar la música clásica
con sus actuaciones con los Tres Tenores (a los
que hemos tenido en estas entradas) o adaptando canciones populares a ése estilo. En los últimos años
también ha destacado como director de orquesta y director artístico. Su único
pero es que es “merengón”
a muerte interpretando el himno del Centenario del club (bueno tampoco es tan
malo ser fan del “segundo” mejor equipo del mundo, je, je).
La
canción habla de un amor intenso que siente por su amada y se lo hace saber
para que no dude de que es idolatrada.
La música arranca
con la orquesta de mariachis a todo trapo con las trompetas, guitarras,
guitarrones, y violines que dan paso al tenor que se desenvuelve con soltura y
altura en todo momento que se cierra con un do de pecho tremendo.
© Agustín Lara y Deutsche
Grammophon
Letra original |
Acuérdate de Acapulco de aquella noche Maria Bonita, María del alma; acuérdate que en la playa, con tus manitas las estrellitas las enjuagabas. Tu cuerpo, del mar juguete nave al garete venían las olas lo columpiaban y mientras yo te miraba lo digo con sentimiento mi pensamiento me traicionaba. Te dije muchas palabras de esas bonitas con que se arrullan los corazones pidiendo que me quisieras que convirtieras en realidades mis ilusiones. La luna que nos miraba ya hacía ratito se hizo un poquito desentendida y cuando la vi escondida me arrodille para besarte y así entregarte toda mi vida. Amores habrás tenido muchos amores Maria Bonita, María del alma; pero ninguno tan bueno ni tan honrado como el que hiciste que en mi brotara Lo traigo lleno de flores como una ofrenda para dejarla bajo tus plantas, recíbelo emocionada y júrame que no mientes porque te sientes idolatrada. |
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