Supongo
que toda generación nace con una serie de complejos y censuras de la anterior,
a la que consideran caduca y carca. Es posible que eso sea necesario para poder
progresar en nuevas vías, pero casi siempre esconde mucha falta de confianza y
genera unas grandes injusticias. Hasta hace no demasiado, y en muchos ambientes
todavía, decir que José Luis Perales (al que hemos tenido en estas entradas) es uno de los mejores compositores de los últimos cincuenta años era acogido
con carcajadas y burlas, ya que cierta intelectualidad le tachaba de ñoño,
sentimentaloide y eso tan terrible de “ser de derechas” aunque no se le
recuerde posicionamiento político alguno. Pero curiosamente es el movimiento
indie el que reivindica sus letras y somos l@s que crecimos con sus canciones
los que le defendemos a capa y espada porque sus canciones hablan de unos
valores que cada vez son más necesarios. María ha elegido esta canción de las
miles que tiene y sin duda que ha dado en el blanco.
El cantautor nace en Cuenca en 1945. Estudia Peritaje Industrial y empieza a
trabajar en el INI en
Madrid, pero su pasión era la música y la poesía, por lo que pronto empieza a
componer para estrellas del momento como la celebérrima Porque Te Vas
para Jeanette en 1974. Es
tras el éxito de esta última que su primer disco, Mis Canciones,
recibe reconocimiento y su canción Celos De
Mi Guitarra subirá como la espuma en las listas. Arranca una época donde
su producción es incansable mezclando temáticas románticas con otras más
sociales como esta Compraré, pero sin
dejar de contar con el favor del público. En 1979 decide asentarse como
baladista romántico con el disco Tiempo De Otoño
del que destaca esta tremenda Un
Velero Llamado Libertad. Le sigue dos años después otro gran trabajo
como Nido De
Águilas que contendrá otros dos grandes temas como Ella y
Él y Te Quiero.
Y en 1982 Entre
El Agua Y El Fuego con una de sus
canciones más conocidas titulada ¿Y
Cómo Es Él? Desarrolla una amplia labor filantrópica de la que destaca
la composición de Que
Canten Los Niños cuyos derechos le reportaron (y reportan) millones a Aldeas Infantiles
SOS al cederles los derechos. En España se le empieza a arrinconar por
considerarle música antigua pero en Iberoamérica seguirá siendo un ídolo tanto
por sus obras en castellano como en portugués. Hoy, tras vender más de
cincuenta millones de discos, está empezando a ser reivindicado por bandas de
la modernidad como Elefantes
(a los que ya hemos tenido en estas entradas).
La
letra nos habla de cómo la sonrisa tiene más valor que el dinero, es alivio
para el que sufre, empatía con quien te odia, consuelo para quien sufre y
sobretodo esperanza para quien la precisa.
La
música arranca con unas notas country de guitarra, bajo, sección de cuerda y
batería que dan paso a la voz cantarina del cantante con fondo de pandereta de
anillas y coros.
©
José Luis
Perales e Hispavox.
Letra original |
Con una sonrisa puedo comprar todas esas cosas que no se venden con una sonrisa compro la soledad del que marcha solo por el camino. Con una sonrisa puedo comprar, la mirada dura de mi enemigo, con una sonrisa compro el dolor de aquél, que dejó en la tierra su corazón. Y compraré, compraré, el llanto de los niños compraré, compraré el hambre del mendigo que ignoré Y compraré, compraré, aquellos pies descalzos que pisé, compraré con solo una sonrisa compraré. Con una sonrisa puedo comprar, la mirada triste del que se marcha y el futuro incierto de aquel que se quedó sólo con la noche y con la mañana. Con una sonrisa puedo comprar, todas esas cosas que no se venden con una sonrisa compro la libertad del que vive preso por el dolor Y compraré, compraré, el llanto de los niños compraré, compraré el hambre del mendigo que ignoré Y compraré, compraré, aquellos pies descalzos que pisé, compraré con solo una sonrisa compraré. Y compraré, compraré, el llanto de los niños compraré, compraré el hambre del mendigo que ignoré Y compraré, compraré, aquellos pies descalzos que pisé, compraré con solo una sonrisa compraré. Y compraré, compraré, el llanto de los niños compraré, compraré el hambre del mendigo que ignoré Y compraré, compraré, aquellos pies descalzos que pisé, compraré con solo una sonrisa compraré. |
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