Quien
tiene el poder siempre ha terminado usándolo contra quien era más débil, y
durante mucho tiempo la fuerza física ha sido el poder supremo. El tiempo ha
ido consiguiendo que las sociedades sean más justas, con legislaciones cada vez
más igualitarias, y con una concienciación mayoritaria de que la violencia no
es admisible. Sin embargo queda un poso terrible de maldad dirigido contra la
parte más vulnerable de nuestra ciudadanía como son las personas mayores, l@s
niñ@s y en especial las mujeres. Y la causa es muy sencilla tenemos semejantes
que cuando su voluntad no es satisfecha, entienden que la pueden imponer con la
coacción verbal y/o física, destruyendo con palabras y golpes al blanco de su
ira hasta que se someta. Durante un instante nos puede consolar el hecho de que
estamos mejor que hace cuarenta años, y que ahora la sociedad protege a quien
denuncia y no la denigra como antes, que ahora la víctima tiene una especial
protección, que la persona violenta ya sólo es defendida por los más allegados
y no justificada por el resto como antes, pero eso no nos puede engañar, queda
mucho camino por recorrer y tod@s debemos ir dando pasos hasta que nadie más
tenga que vivir con miedo. Pi nos regala esta canción en el año en el que la
lucha contra la agresión sexual, personificado en el movimiento #MeToo, se ha
reconocido como “person
of the year” por la revista Time.
Rozalén (a la que hemos
tenido en estas
entradas) nace en Albacete en 1986 y ya con siete estaba cantando en la
rondalla de su barrio. Desde los catorce empieza a componer y dos años después
tendrá su primer contacto con los concursos de cantantes amateur, a los que desde
entonces acudirá en numerosas ocasiones con un sensible éxito al ganar varios
de ellos. Sus letras tendrán un gran componente social y siempre ha estado
dispuesta a participar en actos de reivindicación en los que actuar. Estudia
Psicología y se especializa en musicoterapia, pero decide irse a Madrid a
recorrer la ruta de los cantautores para darse a conocer. Ficha con Sony y en
2013 lanza Con Derecho
A… que conseguirá unas ventas sorprendentes (más de 20.000 copias) merced a
temas como 80 Golpes y Comiéndote A Besos, y que le abrió las
puertas a actuaciones por toda España y después en Argentina y Uruguay. Dos
años después edita Quién Me Ha
Visto… que tendrá una acogida aún mejor que la anterior siendo número
uno en ventas con Ahora como sencillo
de lanzamiento. En 2017 ha publicado Cuando El Río
Suena… en el que esta La Puerta Violeta es su sencillo de lanzamiento.
La
letra nos narra cómo hay niñas/mujeres que viven en un mundo donde su hogar es
la guarida del monstruo, pero un día deciden dibujar una puerta violeta y por
ella escapar a un mundo donde poder cumplir sus sueños de paz y poder ser lo
que se desee.
La
música arranca con un ritmo de guitarra y percusión que da paso a la voz
cantarina de la cantante que será apoyada por una segunda voz femenina. En el
estribillo entran el bajo y la guitarra eléctrica.
Página oficial
©
Rozalén y Sony.
Letra Original:
|
Una
niña triste en el espejo me mira prudente y no quiere hablar
hay un monstruo gris en la cocina que lo rompe todo que no para de gritar.
Tengo
una mano en el cuello
que con sutileza me impide respirar una venda me tapa los ojos puedo oler el miedo y se acerca.
Tengo
un nudo en las cuerdas que ensucia mi voz al cantar
tengo una culpa que me aprieta se posa en mis hombros y me cuesta andar.
Pero
dibujé una puerta violeta en la pared
y al entrar me liberé como se despliega la vela de un barco. Desperté en un prado verde muy lejos de aquí corrí, grité, reí sé lo que no quiero ahora estoy a salvo.
Una
flor que se marchita
un árbol que no crece porque no es su lugar un castigo que se me impone un verso que me tacha y me anula. Tengo todo el cuerpo encadenado las manos agrietadas mil arrugas en la piel las fantasmas hablan en la nuca se reabre la herida y me sangra. Hay un jilguero en mi garganta que vuela con fuerza tengo la necesidad de girar la llave y no mirar atrás.
Así
que dibujé una puerta violeta en la pared
y al entrar me liberé como se despliega la vela de un barco. Aparecí en un prado verde muy lejos de aquí corrí, grité, reí sé lo que no quiero ahora estoy a salvo. |
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