“En
los ochenta quien llevaba la “voz cantante” en la música española eran los
abanderados de la Movida
Madrileña, con sus melodías pegadizas, voces armónicas y sus líricas sobre
amor y desamor. Y de repente llegaron Héroes del
Silencio como un huracán con su sonido potente, los gorgoritos siniestros
de Enrique Bunbury
y sus letras oscuras, rebeldes y ambiguas. Reconozco que han tenido que pasar
un puñado de años para reconocer que su trayectoria musical a nivel
internacional demuestra la importancia de que confiara en su proyecto musical
rompiendo los moldes de una música más ligera. De hecho considero que Entre Dos Tierras es la carta de
presentación del peculiar Enrique Bunbury en la
que anuncia que no cantará algo que detesta para impresionar a gente que no le
gusta por llevarse más monedas al bolsillo y, si lo hace, no se comportará como
un membrillo que no asume las consecuencias”.
María Carricas
En
1984 se funda en Zaragoza Héroes del
Silencio con Enrique
Bunbury como vocalista y compositor principal, Juan Valdivia como
guitarrista, Joaquín
Cardiel al najo y Pedro
Andreu en la batería con un sonido que mezclará el post punk y el rock duro con unas letras góticas y simbolistas que se abrían a
múltiples interpretaciones. Empiezan a participar en varios certámenes de
grupos amateur que les permiten darse a conocer y un contrato con EMI en 1987
con el que lanzan el EP Héroes del
Silencio que vende 30.000 copias sorprendiendo a la discográfica que en
seguida les mete al estudio para sacar al año siguiente su disco de debut El Mar No Cesa que
llegará a los 150.000 discos vendidos lo que era toda una hazaña para un grupo
novel. Para Senderos De
Traición contaron con la producción de un monstruo como es Phil Manzanera y les
lleva a ser número uno en las listas españolas de éxitos de la mano de Maldito Duende y esta Entre Dos Tierras,
además de ser su carta de presentación para el mercado europeo destacando
Alemania donde serán idolatrados. En 1993 incorporan a la banda al guitarrista Alan Boguslavsky para
que les ayude en su tercer disco, El Espíritu Del
Vino, que será número uno de ventas en España, Alemania, Suiza y México
con temas como Nuestros Nombres, La Herida o La Sirena
Varada. Las giras extenuantes y los excesos de alcohol y drogas les
lleva a recluirse en el Pirineo
aragonés para preparar su nuevo disco y discutir su futuro, y de este proceso
surge en 1995 Avalancha
en el que tratan temas más sociales con canciones como Iberia
Sumergida o La Chispa Adecuada,
pero el líder estaba decidido a iniciar su carrera en solitario disolviendo el
grupo un año después.
La
letra nos habla de que todos tenemos un precio pero que está en nuestra
voluntad aceptarlo o no. Si lo hacemos tenemos que tener claro que no debemos
acusar a nadie de ello y que nos costará mucho borrar las huellas de las
consecuencias. Y si te encuentras entre las dos tierras de esta decisión lo que
tienes que es hacerte a un lado y no ser un membrillo que ahogue a los demás.
La
música arranca con el guitarreo que la hace reconocible en cualquier lugar que
da paso al resto de la banda y a la particular manera de cantar del solista con
su reverberación al entonar.
Página oficial
©
Enrique Bunbury y
EMI.
Letra Original:
|
Te
puedes vender
cualquier oferta es buena si quieres poder
Y
qué fácil es
abrir tanto la boca para opinar y si te piensas echar atrás tienes muchas huellas que borrar.
Déjame,
que yo no tengo la culpa
de verte caer, si yo no tengo la culpa de verte caer.
Pierdes
la fe, cualquier esperanza
es vana y no sé qué creer
Pero
dígame que nadie te ha llamado
ya estas otra vez.
Déjame,
que yo no tengo la culpa
de verte caer, si yo no tengo la culpa de verte caer.
Entre
dos tierras estás
y no dejas aire que respirar, entre dos tierras estas y no dejas aire que respirar.
Déjalo
ya, no seas membrillo
y permite pasar, y si no piensas echar atrás, tienes mucho barro que tragar.
Déjame,
que yo no tengo la culpa
de verte caer, si yo no tengo la culpa de verte caer.
Entre
dos tierras estás
y no dejas aire que respirar, entre dos tierras estas y no dejas aire que respirar.
Déjame, que yo no tengo la culpa
de verte caer, si yo no tengo la culpa de verte caer.
Entre
dos tierras estás
y no dejas aire que respirar, entre dos tierras estas y no dejas aire que respirar. |
La personalidad de algunas personas jamás les dejaría estar entre dos tierras, el orgullo te puede hacer estar arriba o abajo, jamás en mitad de ninguna parte
ResponderEliminarYo creo que la cancion tiene un significado muy complejo
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