Sé
que a alguno de vosotros os parecemos muy moñas al hablar tanto de la amistad y
darnos tanta bombo por lo amigos que somos todos los que conformamos la
plantilla de este blog. Pero somos personas que ya tenemos cierta edad y que nos
hemos ido dado cuenta de lo que es fundamental en nuestra vida y de lo que no,
que es más importante tener una persona con la que poder sincerarte que
cualquier bien material, que querer a alguien es estar en la risa pero aun más
en el llanto. No es fácil acertar, en ocasiones queremos ayudar tanto a alguien
que le ahogamos y en otras confiamos tanto en la fortaleza de él/ella para afrontar
sól@ los malos momentos que no estamos ahí para escuchar sus gritos de ayuda.
No, no es fácil, pero ser amigo es comprender que somos seres humanos con
múltiples carencias que sólo podemos suplir a golpe de corazón y de perdón.
Roberto Carlos
es una de las principales figuras de la música iberoamericana de los últimos
cincuenta años. Comienza su carrera encabezando el movimiento Jovem Guarda, la
adaptación a Brasil del rock y el pop que triunfaban en el resto del mundo. En
los setenta se consagra como el rey del pop brasileño y sus canciones (tanto en
portugués como en español) conquistan todos los países de raíces ibéricas. Los
ochenta y noventa son años en los que no abandonará los primeros puestos de las
listas y así llegará a vender más de 100 millones de discos. En este siglo
continúa sus exitosas giras en las que Lady Laura, Quiero Tener Un Millón de
Amigos, Cama y Mesa,… y esta Amigo son coreadas por público de todas las
edades.
La
letra nos habla de la amistad como esa complicidad que tienen los espíritus
afines, de cómo su relación se basa en el respeto y el auxilio en los peores
momentos. Es ser capaz de escuchar las más duras palabras de boca de alguien
que sólo busca ayudarte con su verdad, su fe, su certeza. No hacen falta
premios ni alabanzas a quién te da su amistad, pero al menos quiere que sepa
que es su gran amigo.
La
música la típica de la canción melódica de los setenta con gran uso de la
sección de viento (en especial las trompetas que se hacen muy presentes en los
interludios), la sección de cuerda, la guitarra, el bajo, y la batería, que
sirven para arropar a esa voz nasal poderosa y cantarina que es tan personal.
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