Cuando
empezamos la andadura de este blog no teníamos preparada ninguna lista de
canciones a publicar, ya que teníamos claro que las elecciones se realizarían
en función del estado de ánimo propio y de vuestras peticiones, por eso al
recapitular las entradas me encuentro sorprendido de la variedad de las mismas,
que no es mérito mío sino de todos los que colaboráis en él. Y hoy la beldad
meridional, la castellana del sur, aquella cuya sonrisa te atrapa como un
agujero negro a la luz, me ha pedido esta canción de uno de los grupos
españoles más importantes del pasado siglo, y de nuevo os doy las gracias porque
vuestro apoyo es el que hace a esta bitácora un lugar en el que la música es cada
vez mejor y más variada.
El Último de la
Fila se forma en 1984 con Manolo García y Quimi Portet que acaban de
abandonar otra formación llamada Los Burros. Ambos músicos barceloneses
llevaban años saltando de banda en banda aprendiendo el oficio y depurando un
estilo que bebía al mismo tiempo del pop anglosajón y del rock andaluz, y cuando
lanzan sus primeros trabajos consiguen que la crítica les alabe por canciones
como Querida Milagros o Insurrección, y que poco a poco el público les aclame
en conciertos en recintos de cada vez más aforo. Todo eso hace que regraben sus
primeros temas en un disco llamado Nuevas Mezclas que será
todo un éxito. Sus siguientes discos les van elevando a categoría de estrellas
y realizan giras que recorren América y Europa, llegando a ser teloneros de Tina Turner en su tourné
europea. Y en 1993 lanzan su disco Astronomía Razonable que es su consagración
con más de un millón de copias vendidas y en el cual está esta canción. En 1998
se disuelven para continuar sus carreras en solitario.
La
letra está dentro de sus composiciones de cierta tendencia surrealista, donde
se mezclan ideas y se profundiza en la metáfora. En ella nos hablan de los
placeres que le hacen disfrutar como la pintura, la lectura, el cielo, la
naturaleza, y de cómo siente que los días pasan y que quiere hacer apurar su
vida hasta el final.
La
música arranca con los teclados, al que se le unen toques de guitarra y
batería. Sin embargo el que se hará con la canción será el bajo que marca un
ritmo de gran fuerza que sirve para apoyar al cantante, hasta que toda la banda
decide subir el tono y el ritmo en los estribillos.
© Manolo García, Quimi Portet y EMI
Letra Original:
|
Tela,
cinta, otra vez a empezar.
Lápiz, tinta, y al paisaje a robar. Y al placer de reencontrar el limbo de un tiempo que se nos va.
Libro,
nube, ese es mi descanso.
Árbol, fuente, cada vez que despierto. Ser durmiente. En la espuma de un antojo camuflarse. Para completa inocencia, en las calderas del sueño divagar.
Que
los días se van, río son.
Ahora quiero sentir, caminar. Ahora quiero pintar, percibir el color de esa flor que se marchitará. Pinto, verdes parajes de belleza desolada, vivo lo efímero y su valor. Bebo, apuro desperdicios de mi vida, me recojo en la templanza de la tregua que me da la anestesia del recuerdo. Que los días se van, río son, Ahora quiero sentir, caminar. Ahora quiero pintar, percibir el verano fugaz que ya se nos va. Que los días se van, río son. Ahora quiero sentir, caminar. Ahora quiero pintar, percibir el color de esa flor que se marchitará. Lápiz, tinta, y al placer de reencontrar. |
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