“Cuando
era pequeño esta canción siempre me hacía llorar porque no podía entender el
sufrimiento de sus protagonistas, eran tiempos en los que en Euskadi había
muchas personas tenían que marcharse para que no les matara ETA y donde también
había quienes habían cruzado la muga para que no les metieran en el mako, así
que había muchas Penélopes. Y ya de mayor también vi cómo algunos de los Ulises
que volvían eran unos extraños que no encajaban porque ellos y los/as demás habían
cambiado tanto que ya eran los de antes, provocando que esas fidelidades a
ideas y/o personas ya no significaran nada para demasiadas/os Penélopes y
Ulises. Ojalá nadie tenga que vivir jamás la marcha de un ser querido tanto
tiempo que a su vuelta se encuentren como extraños/as, y que las redes sociales
permitan que quienes dejan su casa siempre tengan un contacto que les permita
volver a un hogar”.
Joseba
Uría
Joan Manuel Serrat (al
que hemos tenido en estas entradas) nace en 1943 en Barcelona y fue un estudiante modelo que con becas
se licenció en 1965 como perito agrícola. Pero ya en esas épocas la música y la
poesía habían hecho presa en él y, tras aparecer en un programa de radio, es rápidamente
fichado por una discográfica. Será uno de los fundadores de la Nova Cançó catalana,
siendo sus primeros discos en esta bella lengua española como Ara Que
Tinc Vint Anys su primer LP en 1967 o un año después Com Ho Fa El Vent
donde encontramos la bellísima Paraules d'amor.
Su primer LP en castellano, La Paloma, lo
edita dos años más tarde, pero su salto a la fama lo consigue primero con esta Penélope
y después con la valentía de adaptar musicalmente los poemas de poetas marginados
por republicanos como Antonio
Machado con Dedicado a
Antonio Machado, Poeta donde hallamos Cantares
y a Miguel Hernández
en Miguel Hernández
donde encontramos esas maravillosas Menos
Tu Vientre, Nanas De La Cebolla, Para
La Libertad, Elegía. En 1970 en su disco Mi Niñez
encontramos Fiesta que tendrá gran éxito
y el disco en catalán Serrat/4 donde
hallamos la hermosísima 20 De Març. Un
año más tarde compone el que es, según nuestra opinión, el mejor disco en español
de la historia como es Mediterráneo
que le convierte en ídolo en todos los países de habla hispana y con el que
iniciará una gira por todo el mundo merced a temas tan increíbles como Mediterráneo,
La Mujer Que Yo Quiero, Lucía o Aquellas
Pequeñas Cosas. En 1974 compone Para Vivir,
un disco dedicado a la maternidad y los niños donde está destaca la bellísima De Parto. Al año siguiente con Para Piel De Manzana
sufre la ocultación de los medios por sus declaraciones contra del Régimen
y temas reivindicativos como Caminito De
La Obra (… Historia Por Rumba). En 1981 vuelve a las listas de éxitos con En Tránsito,
donde hallamos la sensacional A Quien
Corresponda, y sobretodo dos años más tarde con ese soplo de aire fresco e ilusión
que es Cada Loco
Con Su Tema. En 1985 continúa musicalizando poemas en El Sur También Existe
dedicado a Mario Benedetti,
siguiendo editando LPs en catalán como Fa
Vint Anys Que Tinc Vint Anys (1984) donde hallamos la irónica Carta Postuma A Helena Francis y Materia Sensible
(1989) en el que destaca La Lluna y su
oda a su ciudad Barcelona I Jo. Los noventa
arrancan con lo que ha sido desde entonces su carrera en la que crea obras de menor
éxito como Sombras De
La China, Nadie Es
Perfecto donde encontramos la notable Bendita Música o Hijo De La Luz
Y De La Sombra donde busca nuevos sonidos y poemas, sin la búsqueda desaforada
del éxito mediático si no el personal, mientras realiza giras con su amigo Joaquín Sabina (al que
hemos tenido en estas entradas) llenando aforos con fans de toda edad y condición.
La
letra es una de las más tristes del autor en la que nos narra la espera de una
mujer a su amante y cuando, pasados los años, éste vuelve decide no irse con él
porque prefiere su recuerdo a la realidad.
La
música arranca a todo trapo con la orquesta desatada bajo el mando del gran Augusto Algueró con
unas notas metálicas de clavicordio
y trompeta preceden a la voz cantarina y de cierta reverberación del cantante que
llena de sentimiento y fuerza los versos que construyen una de las canciones
más vibrantes del autor.
©
Joan Manuel Serrat,
Augusto Algueró
y Zafiro.
Letra original |
Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo. Penélope se sienta en un banco en el andén y espera que llegue el primer tren meneando el abanico. Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj una tarde de primavera. "Adiós amor mío no me llores, volveré antes que de los sauces caigan las hojas. Piensa en mí volveré a por ti..." Pobre infeliz se paró tu reloj infantil una tarde plomiza de abril cuando se fue tu amante. Se marchitó en tu huerto hasta la última flor. No hay un sauce en la calle Mayor para Penélope. Penélope, tristes a fuerza de esperar, sus ojos, parecen brillar si un tren silba a lo lejos. Penélope uno tras otro los ve pasar, mira sus caras, les oye hablar, para ella son muñecos. Dicen en el pueblo que el caminante volvió. La encontró en su banco de pino verde. La llamó: "Penélope mi amante fiel, mi paz, deja ya de tejer sueños en tu mente, mírame, soy tu amor, regresé". Le sonrió con los ojos llenitos de ayer, no era así su cara ni su piel. "Tú no eres quien yo espero". Y se quedó con el bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón sentada en la estación. |
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