Para
un español América no es un continente más, es una parte de nuestro corazón.
Podremos estar inscritos económica y políticamente dentro de una Europa que
construimos en el pasado por mucho que nos miren ahora por encima del hombro,
pero sin duda es en todas las tierras que se encuentran al sur del río Grande
donde se encuentra nuestro hogar común. Sin duda que nuestros antepasados
cometieron actos de una enorme vileza que nos avergüenzan, pero también es
cierto que ningún otro pueblo europeo acometió un proceso de mestizaje y
asimilación cultural tan profundo y exitoso como el que acometimos
conjuntamente con las gentes que habitaban esas tierras, creando lo que hoy es
el pueblo iberoamericano (junto a nuestros hermanos portugueses y brasileños) que
es capaz de entenderse no sólo porque se hablen lenguas similares, sino porque
nos mueven formas muy parecidas de entender la vida. Todo eso hace que cuando
este gigante de la canción entonó esta letra, a ambos lados del Atlántico
sabíamos que hablaba de nosotros los habitantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El
Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
Portugal, Puerto
Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y muchos estadounidense, o lo
que es lo mismo más de 700 millones de personas.
Nino Bravo (al que hemos
tenido en estas entradas) vino al mundo como Luis Manuel Ferri Llopis y nació en 1.944 en
un pueblecito de Valencia. Empieza como aprendiz de joyero pero la música era
su verdadera vocación por lo que empieza a formar parte de diferentes
agrupaciones musicales para participar en fiestas. En 1969 entra en contacto
con Augusto Algueró
que le ofrece la canción Te Quiero, Te
Quiero que será todo un éxito y que será el comienzo de cuatro años
frenéticos de giras por toda España e Iberoamérica con temas compuestos por los
mejores letristas y compositores del momento como Manuel Alejandro o Juan Carlos
Calderón que le ofrecieron canciones magníficas como Es El Viento, Como Todos, Mi
Tierra, Noelia, Libre,
Un Beso Y Una Flor
o esta América,
América y tantas otras que le convierten en el cantante español más
importante del momento. En la cresta de la ola, una mañana de abril de 1.973 en
la que se dirigía de Valencia a Madrid a terminar los arreglos de su próximo
disco, sufrió un accidente automovilístico que se lo llevó por delante con
cientos de canciones por cantar. .
La
letra es una proclamación de amor a las tierras tan maravillosas de América,
sin duda el Paraíso.
La
música arranca con la orquesta suave que da paso a la voz de enorme belleza del
cantante que primero se desenvuelve contenida para desatarse como un huracán en
los estribillos con los coros y todos los instrumentos dándolo todo.
© José Luis
Armenteros, Pablo
Herrero y Fonogram.
Letra original |
Donde brilla el tibio sol con un nuevo fulgor dorando las arenas. Donde el aire es limpio aún bajo la suave luz de las estrellas. Donde el fuego se hace amor, el río es hablador y el monte es selva. Hoy encontré un lugar para los dos en esta nueva tierra. América (América, América) es América (América, América). Todo un inmenso jardín, eso es América. Cuando Dios hizo el Edén pensó en América. Cada nuevo atardecer el cielo empieza a arder y escucha el viento que me trae con su canción una queja de amor como un lamento. El perfume de una flor, el ritmo de un tambor en las praderas. Danzas de guerra y paz de un pueblo que aún no ha roto sus cadenas. América (América, América) es América (América, América). Todo un inmenso jardín, eso es América. Cuando Dios hizo el Edén pensó en América. América (América, América) es América (América, América). Todo un inmenso jardín, eso es América. Cuando Dios hizo el Edén pensó en América. América (América, América) es América (América, América). (América, América). (América, América). (América, América). (América, América). |
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