Hoy
la Capitana celebra el día más feliz de su existencia que es cuando regaló al
mundo el don de la vida de su hija Claudia. Podíamos hablar de su belleza sin
discusión o de su carrera académica de una brillantez sin parangón, pero aún es
mayor la luz que desprende su construcción como una persona que admirar. Su
existencia no ha sido un jardín de rosas con varias afecciones de salud que han
supuesto obstáculos en sus aspiraciones, pero eso en vez de acobardarla o de
promover su renuncia a soñar, han sido estímulos para llegar más lejos y
alcanzar sus metas. En tiempos donde la empatía está en decadencia, no ha
dejado de dar mucho más de lo que ha recibido participando y promoviendo actos
sociales y de voluntariado. Pero eso, con ser memorable, no es lo más
importante, lo que hace de ella un ser especial es la cantidad ilimitada de
amor que reparte hacia sus seres queridos consiguiendo que ninguna lágrima dure
demasiado, ninguna soledad se extienda en el tiempo, ninguna pérdida tarde en
ser compensada con su presencia. Hoy cumple diecisiete años y lo celebramos con
esta canción donde se nos recuerda que ser joven es una actitud de amor a la
vida, y Ella no para de amar.
Mercedes Sosa (a la que
hemos tenido en estas entradas) nace en Tucumán (Argentina) en 1935 en una familia humilde de
origen diaguita. Con
quince años gana un concurso musical en la radio local y seguirá cantando en la
radio por su miedo escénico. En 1957 se traslada a Mendoza con su marido Oscar Matus y empieza a
introducir el tango en su repertorio que hasta el momento era casi
exclusivamente de boleros. Desde muy pronto orientó sus inquietudes hacia el folklorismo
patrio que terminará desarrollando en el Movimiento
del Nuevo Cancionero en 1963 de la que será su estandarte. Su marido la
abandona y decide cambiar de aires yendo a Buenos Aires, y por fin consigue el
éxito dos años más tarde con su actuación en el Festival
Nacional De Folklore De Cosquín que le permite lanzar el disco Yo No Canto Por Cantar que tendrá buenas
ventas. En 1969 publica en Mujeres
Argentinas esta zamba Alfonsina Y El
Mar que tendrá gran acogida, y su fama aumenta un año después con El
Grito De La Tierra en el que están Canción De Todos
y la mítica Duerme Negrito. En
1971 su Homenaje a Violeta Parra
inmortalizará a Violeta
Parra con temas tan increíbles como esta Volver A Los 17
o Gracias
a La Vida. Su militancia política en el Partido Comunista le obligará en
1979 a exiliarse a Europa seis años, retornando con el regreso de la democracia
en 1984 y dedicándose a recorrer el mundo promocionando las canciones
sudamericanas. Muere en 2009 a los 74 años de edad y el mundo hispano se volcó
en mostrar sus condolencias al pueblo argentino.
La
letra es un canto a la primacía del amor sobre la razón, y a la fuerza y la
inocencia de la juventud frente a las cadenas del tiempo.
La
música arranca con unas notas tenues de guitarra que dan paso a esa voz grave con
matices de contralto que La Voz de América desgrana con un fraseo perfecto.
© Violeta Parra y Polygram.
Letra original |
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente Volver a ser de repente tan frágil como un segundo volver a sentir profundo como un niño frente a Dios eso es lo que siento yo en este instante fecundo Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra Y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, Ay sí, sí, sí Mi paso retrocedido cuando el de ustedes avanza El arco de las alianzas ha penetrado en mi nido con todo su colorido se ha paseado por mis venas y hasta la dura cadena con que nos ata el destino es como un diamante fino que alumbra mi alma serena Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra Y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, Ay sí, sí, sí Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento Todo lo cambia al momento cual mago condescendiente nos aleja dulcemente de rencores y violencias sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra Y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, Ay sí, sí, sí El amor es torbellino de pureza original hasta el feroz animal susurra su dulce trino detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros El amor con sus esmeros al viejo lo vuelve niño y al malo sólo el cariño lo vuelve puro y sincero Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra Y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, Ay sí, sí, sí De par en par la ventana se abrió como por encanto entró el amor con su manto como una tibia mañana Al son de su bella Diana hizo brotar el jazmín volando cual serafín al cielo le puso aretes mis años en diecisiete los convirtió el querubín |
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