Tras
más de siete meses abiertos y con más de ciento cincuenta personas que han
pasado por el centro, hemos tenido nuestro primer caso de COVID. Por mucho que
haya sido nuestro esfuerzo por evitar el contagio entraba dentro de las leyes
de la probabilidad que ocurriera y no me hago mala sangre por ello, pero sí que
me jo… fastidia el cómo. El interfecto es un alumno que alardeaba de que se
pasaba por el arco del triunfo las prohibiciones en cuanto salía por la puerta
de la academia y que iba de fiesta en fiesta hasta que le pilló el toro. Y
ahora se pone a llorar porque tenía que estar quince días confinado, sin
importarle de verdad que a sus siete compañeros les toque terminar el curso
online, ni que el personal que tenido contacto con él tengan que esperar al
resultado de una PCR para ver si están contagiados y que al resto nos haya
obligado a echar un montón de horas desinfectando las instalaciones, porque lo
único que para él era importante era su propio bienestar y su egoísta modo de
vida. La Capitana y servidor de Vds. hemos hablado mucho sobre cómo teníamos
que afrontar la Pandemia en el blog, y hemos coincidido que nuestra misión es
intentar hacer más llevadera la situación con humor, positivismo y alegría,
pero hoy nuestra canción quiere hacer ver a tod@s l@s que la escuchen lo
terrible que es la muerte para todas aquellas personas que sufren la pérdida de
un ser querido, para que su impacto haga reflexionar a l@s irresponsables.
De
Carlos Gardel (al que
hemos tenido en estas entradas) ni se sabe dónde nació, entre Francia y Uruguay, ni cuándo, entre
1883 y 1890, pero sí que vivió solo con su madre en algunas de las zonas más
pobres de Buenos Aires desde que su padre les abandonó. En su adolescencia
frecuentó ambientes delictivos siendo detenido en varias ocasiones por la
policía, hasta que se relaciona con los caciques del barrio que le promocionan
como cantante en los actos del Partido
Autonomista Nacional. Intenta hacerse payador, pero no cuenta con el
ingenio suficiente para imponerse en las “luchas cantadas”, aunque sí le sirven
para que su voz sea muy apreciada. En 1911 conoce a José Razzano con el
que consolida un dúo que empezará a tener gran éxito en Buenos Aires y
Montevideo. En 1917 graba su primer tango, Mi Noche Triste,
y el éxito de su primer papel protagónico en Flor
De Durazno lo convierten en una de las principales figuras artísticas
del país. Poco a poco se vuelca en esta música nueva de la que se convierte en
su embajador primero por el Cono Sur y después por España y Francia aprovechando
el éxito de Rodolfo
Valentino como gaucho en Los
Cuatro Jinetes Del Apocalipsis. Sus giras se convertirán en
acontecimientos en Madrid, Barcelona y sobretodo París, y decide apostar
decididamente por el cine como medio para promocionarse, primero con
cortometrajes musicales (para que después pensemos que los videoclips son de ahora) en
Argentina y después con largometrajes franceses como Las Luces
De Buenos Aires, Espérame
y Melodía
De Arrabal que le convierten en un ídolo en todos los países de habla
hispana. De esta época destacamos canciones como Caminito,
Mano A Mano,
Adiós
Muchachos, En 1934 llega a EE.UU. y es convencido para que complemente
su registro de tenor con el de barítono y con él arrasará con algunos de sus
clásicos como Mi Buenos
Aires Querido, El Día Que Me
Quieras, Volver, Por Una Cabeza o
esta tremenda Sus Ojos Se Cerraron
que será su último gran éxito. Será durante su gira por Iberoamérica en 1935
que fallecerá en un accidente de avión en Colombia.
La
letra nos la habla de dolor inmenso por la pérdida del ser amado y aún más
cuando se sabe que para el resto del mundo es más importante la alegría del
Carnaval que el dolor de quienes sufren.
Enlace vídeo Sus Ojos Se Cerraron
La
música arranca con notas agudas de violines con fondo de piano y guitarra, y
que dan paso a la voz potente, cantarina y personal del vocalista.
©
Alfredo Le Pera, Carlos Gardel y Odeón.
Letra original |
Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando Su boca que era mía ya no me besa mas Se apagaron los ecos de su reír sonoro y es cruel este silencio que me hace tanto mal Fue mía la piadosa dulzura de sus manos que dieron a mis penas caricias de bondad Y ahora que la evoco hundido en mi quebranto las lágrimas trenzadas se niegan a brotar y no tengo el consuelo de poder llorar ¡Por qué sus alas tan cruel quemo la vida! ¡Por qué esa mueca siniestra de la suerte! Quise abrigarla y más pudo la muerte como me duele y se ahonda mi herida Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento ¡Todo es mentira, mentira es el lamento hoy esta solo mi corazón! Como perros de presa las penas traicioneras celando su cariño galopaban detrás Y escondida en las aguas de su mirada buena la muerte agazapada marcaba su compas En vano yo alentaba febril una esperanza clavo en mi carne viva sus garras el dolor Y mientras en la calle en loca algarabía el carnaval del mundo gozaba y se reía burlándose el destino me robo su amor ¡Por qué sus alas tan cruel quemo la vida! ¡Por qué esa mueca siniestra de la suerte! Quise abrigarla y más pudo la muerte como me duele y se ahonda mi herida Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento ¡Todo es mentira, mentira es el lamento hoy esta solo mi corazón! |
Me alegro que estéis bien, tanto vosotros, como todos los alumnos. Gracias a descerebrados como el que ha pillado la COVID estamos como estamos.
ResponderEliminarCuidaros mucho.
Muchas gracias por tus palabras, deseos y sobre todo por seguir acompañándonos desde casi el principio de la historia del blog.
EliminarUn saludo y que pronto tod@s podamos abrazarnos.
Me encanta el tango, tal vez porque en casa, allá por los 60 la radio estaba encendida casi todo el día. Y luego mamá y tía Isabel lo bailaban divinamente.
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