“Aprovechando
que ya empecé el mes de arranque de las fiestas andaluzas a golpe de guitarra,
continuaré con música aflamencada que tan animada me resulta. En mi intento de
acercarme a ella reconozco que, como no la he oído desde la cuna, la prefiero
cuando se fusiona con otros sonidos. Por ello, me gusta mucho Kiko Veneno con su estilo
musical propio y el arte de contarnos cualquier cosa con gracia para finalmente
exponernos su moraleja con tonadilla repetitiva. Por ejemplo, en la canción de
hoy, después de introducirnos en la anodina vida que podemos tener si perdemos el norte, finalmente nos repite
hasta que se nos grabe bien en la sesera la importancia de cuidar como oro en paño lo esencial de
nuestras vidas”.
María Carricas
Kiko Veneno nació en Gerona
en 1952 como José María López Sanfeliu aunque pasará su infancia primero en
Cádiz y luego en el barrio sevillano de Nervión, siguiendo los cambios de
destino de su padre que era militar. En 1971, mientras cursaba la carrera de
filosofía, fue dando sus primeros pasos dentro canción protesta pero conoció a
Raimundo Amador y fundan el grupo Veneno, con el que en 1977 lanzan Veneno que será un disco clave de la fusión de la tradición musical
española y el blues y el rock. Un año después se separan y él se retira de la
música hasta que en 1982 edita su primer disco en solitario Seré Mecánico Por Ti destacando la
canción Pata Palo. Siete años después
graba El Pueblo Guapeao, que es un
nuevo fracaso comercial por lo que en 1992 para Échate
Un Cantecito, pide ayuda de Santiago Auserón para que se lo produzca
consiguiendo un notable éxito con tema como esta Echo De Menos y En Un Mercedes
Blanco. Tres años después Está Muy
Ben Eso Del Cariño consolida su reputación como cantante y guitarrista, como
en 1997 Punta Paloma. Desde 2001 se
autoedita sus discos y está más interesado en colaboraciones con otros artistas
como Jorge Drexler (al
que hemos tenido en estas
entradas). En 2019 ha sacado su último disco Sombreo Roto.
La
letra es una socarrona e inteligente reflexión de como la monotonía puede hacer
que perdamos eso que es lo más importante de la vida como es el amor.
La
música es una rumbita fresca de guitarra, percusión y bajo sobre la que se
desplaza la voz aflamencada, aguda y clara del cantante que es apoyada por los
coros en los estribillos y la sección de viento en los interludios musicales.
©
Kiko Veneno y BMG
Ariola.
Letra Original:
|
Echo
de menos
la cama revuelta, ese zumo de naranjas y las revistas abiertas.
Y
en el espejo
ya no encuentro tu mirada, no hay besos en la ducha, ni pelos, ni nada.
Y
entre nosotros
un muro de metacrilato no nos deja olernos ni manosearnos...
Y
por las noches
todo es cambio de postura y encuentro telarañas por las costuras.
Lo
mismo te echo de menos, lo mismo
que antes te echaba de más.
Si
tú no te das cuenta de lo que vale,
el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
Si
tú no te das cuenta de lo que vale,
el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
Echo
de menos
el crujir de tus tostadas, sentir por el pasillo tu gato que araña.
Y
en mi camisa
llevo tu aroma preso y el rojo de tus labios por el cuello...
Y
entre nosotros
un muro de metacrilato no nos deja olernos ni manosearnos...
Y
por las noches
todo es cambio de postura y encuentro telarañas por las costuras.
Lo
mismo te echo de menos, lo mismo
que antes te echaba de más.
Si
tú no te das cuenta de lo que vale,
el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
Si
tú no te das cuenta de lo que vale,
el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
Porque
si tú no te das cuenta de lo que vale,
el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
Si
tú no te das cuenta de lo que vale,
el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
Si
tú no te das cuenta de lo que vale,
el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías. |
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