Hay
canciones que son placeres culpables porque la gente se mofa de la letra por
ser esta trivial o naif, vamos de esas que no van a hacer que te lances a leer
a Kierkegaard
ni a Schopenhauer
para tratar de llegar a lo más profundo del pensamiento humano. Pero eso parte
de dos premisas falsas, la primera es que la música popular no tiene que ser
densa sino que nos tiene que hacer sentir y emocionarnos, y que si además nos
hace pensar es ya para tirar cohetes. Y la segunda es que si muchos entendieran
lo que quieren decir las canciones en otras lenguas, se darían cuenta de que muchos
de sus mitos tampoco es que estuvieran componiendo la Crítica
de la Razón Pura, sino sobre temas tan divertidos y frescos como la
entrada de hoy.
En
1965 en Palma de Mallorca se unieron miembros de dos bandas del momento, Los
Sonor y Mike And The Runaways, para intentar hacer una superbanda que hiciera
llegar la música de vanguardia europea y americana en España a la que llamarían
Los Bravos (a los que
hemos tenido en estas entradas). Eran el vocalista alemán Mike Kennedy, Vicens
Danus al bajo, el guitarra Tony Martínez, Manuel Fernández en los teclados, y
Pablo Sanllehí a la batería, y se presentan en el programa de la SER El Gran Musical con un notable éxito. Un año después llega su
primer éxito que fue esta La Moto, que será
rápidamente número uno en España, pero será Black Is Black la
que les lleve a la fama mundial a ser Top2 y Top4 de las listas británicas y
americanas respectivamente, siendo sólo superados por esos desconocidos
llamados The Beatles (a
los que hemos tenido en estas entradas). Publican el disco Los
Bravos donde también encontramos temazos como I Don’t Care junto con los sencillos anteriores. En 1967
protagonizan la película Los Chicos Con
Las Chicas, que contendrá la canción homónina y Simpathy que tendrán gran recorrido en las listas nacionales. Las
tensiones en el grupo empiezan a aflorar y tras no conseguir demasiado
reconocimiento con el disco Dame Un Poco
de Amor, se produce el suicidio de su teclista Manuel Fernández (que se
acusaba de la muerte de su esposa en un accidente de tráfico) que sirve de
excusa al vocalista para abandonar la banda y empezar una carrera en solitario
de escaso recorrido. En 1969 editan Ilustrísimos
Bravos con nuevo vocalista pero ya no consiguen recuperar el favor del
público por lo que se disuelven en 1971, aunque periódicamente se vuelven a
juntar para dar algún concierto.
La
letra nos habla de cómo los sueños motociclistas del protagonista se ven
frustrados por la falta de carnet de conducir y de dinero para comprar el
vehículo en cuestión.
El
arranque es frenético con los teclados, la batería, la guitarra y bajo que dan
paso a la voz potente y aguda del vocalista.
© José Antonio
Muñoz y Columbia.
Letra Original:
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Quiero
una motocicleta
que me sirva pa correr y quiero una camiseta que tenga el número 100.
Y
hacer uh uh
poder llegar a cualquier lugar, llegar, mirar y regresar.
Yo
no quiero bicicleta,
no me gusta pedalear, ni tampoco una carreta por lo despacio que va.
Quiero
uh uh
una gran moto que corra igual que un cohete espacial.
Yo
lo que no tengo es tarjeta
para poder circular, pues vaya una papeleta, me tendré que examinar.
Haré
uh uh,
se quedará sin poder hablar y me felicitará.
Pero
la motocicleta
cómo la voy a comprar, si no tengo una peseta y no sé cómo ahorrar.
Quiero
uh uh
una gran moto que corra igual que un cohete espacial.
Haré
uh uh, uh uh…
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