Si
bien es cierto que el odio es lo opuesto al amor, es el desamor su mayor
enemigo. Éste llega cuando una broma privada que deja de hacerte gracia, cuando
una licencia que ya cuesta conceder, cuando un te quiero que se da como una
rutina, cuando te das cuenta de que tus pensamiento de futuro ya no se ve de la
mano con quien ahora te das cuenta que conjugas querer en pasado. Es un
sentimiento terrible que ha producido temas de una lírica y una emoción
desgarradora, pero aquí somos españoles, y si somos desmesurados componiendo
temas que abundan en lo primero, aún lo somos más en el humor negro y la ironía
desatada como la que destila la entrada que nos regala hoy María.
Joaquín Sabina (al
que hemos tenido en estas
entradas) nace Úbeda y,
a pesar de pertenecer a una familia del Régimen, muy
pronto se radicaliza y formará parte del PCE.
Mientras estudiaba Filosofía y Letras Granada participa en el lanzamiento de un
cóctel molotov a un banco en 1970, y su padre (a la sazón comisario de policía)
le mete en un tren, antes de que le detengan, que le lleva primero en Paris y
después en Londres. Tras la Amnistía
en 1977 vuelve y es de los primeros que se da cuenta de que las letras
políticas empiezan a aburrir al personal y evoluciona hacia temáticas sobre los
sentimientos en los que vuelca sus ironías y su buen saber como poeta. A pesar
de su relativa fama en Madrid gracias a su participación en La
Mandrágora con Javier
Krahe (al que hemos tenido en estas
entradas) y Alberto Pérez
Lapastora, no fue conocido en el resto de España hasta que Fernando García
Tola le haga un fijo es su programa de televisión Si Yo
Fuera Presidente. Rápidamente edita un directo, Joaquín
Sabina y Viceversa en directo, con las mejores canciones de su
trayectoria anterior logrando un espectacular éxito de ventas. Le seguirán Hotel, Dulce Hotel
en 1987 y un año más tarde El
Hombre Del Traje Gris donde se encuentra esta canción. Los 90 le
consolidan como uno de los artistas de referencia con discos como Mentiras
Piadosas en 1990, dos años después Física y
Química que venderá más de un millón de discos y en 1994 Esta
Boca Es Mía en el que encontramos una de sus canciones más famosas como
es Por
El Bulevar De Los Sueños Rotos y Mujeres
Fatal. Dos años después Yo, Mi, Me, Contigo
volverá a ser número uno con una de sus canciones más bellas como es Y Sin Embargo. Durante su gira por
Argentina entra en contacto con Fito Páez (al que hemos
tenido en estas
entradas) con el compone al alimón Enemigos
Íntimos terminando ambos como tales. En 1999 se desquita con un disco
como 19 Días Y 500
Noches en el que ya su voz se rompe por completo pero que nos dejará
temas míticos como esta 19 Días Y 500
Noches. Tras el infarto cerebral que sufre un año más tarde deja la mayoría
de sus adicciones aunque será víctima de la depresión durante varios años de la
que sale tras componer el “disco medicinal” Alivio
De Luto en 2005 y empezar una gira por toda España. Desde entonces sigue editando
discos (como en 2017 Lo Niego Todo el
último hasta la fecha) y publicando poemarios, y participa con su gran amigo Joan Manuel Serrat
(al que hemos tenido en estas
entradas) en giras conjuntas.
La
letra nos demuestra que si como poeta no es deslumbrante como bardo-letrista es
uno de los mejores que ha dado la lengua castellana, uniendo metáforas e
imágenes tan nítidas y contundentes que cada verso es una historia digna de un
largometraje y un billete directo a la Real Academia De La Lengua.
La
música es una rumba con las guitarras, el cajón, los coros donde el cantante
con voz cazallera nos desgranas con gracia sus penas.
Página oficial
©
Joaquín Sabina y
BMG.
Letra Original:
|
Lo
nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks, en vez de fingir, o, estrellarme una copa de celos, le dio por reír. De pronto me vi, como un perro de nadie, ladrando, a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo.
Tenían
razón
mis amantes en eso de que, antes, el malo era yo, con una excepción: esta vez, yo quería quererla querer y ella no. Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas. Desde el taxi, y, haciendo un exceso, me tiró dos besos… uno por mejilla.
Y
regresé
a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y, por esas ventas del fino Laina, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína, volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida la fui, poco a poco, dando por perdida.
Y
eso que yo,
paro no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va, en romería, con la cofradía del Santo Reproche, tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches.
Dijo
hola y adiós,
y, el portazo, sonó como un signo de interrogación, sospecho que, así, se vengaba, a través del olvido, Cupido de mí. No pido perdón, ¿para qué? si me va a perdonar porque ya no le importa... siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta.
Me
abandonó,
como se abandonan los zapatos viejos, destrozó el cristal de mis gafas de lejos, sacó del espejo su vivo retrato, y, fui, tan torero, por los callejones del juego y el vino, que, ayer, el portero, me echó del casino de Torrelodones. Qué pena tan grande, negaría el Santo Sacramento, en el mismo momento que ella me lo mande.
Y
eso que yo,
para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va, en romería, con la cofradía del Santo Reproche, tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches.
Y
regresé
a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y, por esas ventas del fino Laina… |
Uno de los mejores cantautores (si no el mejor) que ha parido esta piel de toro. Nadie como el para narrarnos lo que sentimos y lo que sentiremos.Tiene mas y mejor letra el de Úbeda en una canción que otros "autores" y cantantes en todo el disco. Sabina forma parte indisoluble del ADN de la música de calidad de este país.
ResponderEliminarHola majetón, totalmente de acuerdo en que es de los mejores letristas en español y que encima menos aires se da. En unos siglos se estudiará en los libros como hacemos con Lope De Vega, Bécquer o García Lorca.
EliminarUn fuerte abrazo.