Hoy
28 de marzo, nuestra querida María nos recuerda que se cumplen 75 años de la
muerte de Miguel
Hernández, uno de los tristes corolarios de esa matanza que fue la Guerra Civil
en la que los españoles nos dedicamos a matarnos con ese cainismo brutal que sólo los
que hemos nacido aquí somos capaces. Muere enfermo de cárcel y derrota un poeta
de 31 años que creció con una mano en el cayado con el que apacentaba cabras y
con la otra un libro con el que vencía la ignorancia. La guerra le lleva a
servir como comisario político del 5º Regimiento y en
la prisión compondrá poemas de tal calidad que sólo la muerte de Federico García
Lorca puede ser igual de trágica que la suya, por toda la belleza que nos
dejaron sin disfrutar dos balas y una tuberculosis. Esperamos que os
despertemos la curiosidad por leerlos.
Joan Manuel Serrat
(al que hemos tenido en estas
entradas) nace en 1943 y fue un estudiante modelo que con becas se licenció
en 1965 como perito agrícola. Pero ya esas épocas la música y la poesía habían
hecho presa en él y tras aparecer en un programa de radio es rápidamente
fichado por una discográfica. Será uno de los fundadores de la Nova Cançó
catalana, siendo sus primero discos en esta bella lengua española como Ara
Que Tinc Vint Anys su primer LP en 1967. Su primer disco en castellano,
La Paloma,
lo edita dos años más tarde pero su salto a la fama lo consigue con la valentía
de adaptar musicalmente los poemas de poetas marginados por republicanos como Antonio Machado con Dedicado
a Antonio Machado, Poeta y Miguel Hernández
en Miguel Hernández
donde encontramos esta Nanas De La
Cebolla y otras maravillas como Para
La Libertad. En 1971 compone el que es, según nuestra opinión, el mejor
disco en español de la historia como es Mediterráneo
que le convierte en ídolo en todos los países de habla hispana y con el que
iniciará una gira por todo el mundo. En 1981 vuelve a las listas de éxitos con En Tránsito
y sobretodo dos años más tarde con ese soplo de aire fresco e ilusión que es Cada
Loco Con Su Tema. En 1985 continúa musicalizando poemas en El Sur También
Existe dedicado a Mario Benedetti. Los
noventa arranca lo que ha sido desde entonces su carrera en la que crea obras de
menor éxito como Sombras
De La China o Hijo De La
Luz Y De La Sombra donde busca nuevos sonidos y poemas, sin la búsqueda
desaforada del éxito mediático si no el personal, mientras realiza giras con su
amigo Joaquín Sabina
(al que hemos tenido en estas
entradas) llenando aforos con fans de toda edad y condición.
La
letra es de una belleza dramática en la que no cabe más amor por su hijo ni más
desdicha por la situación de hambre y necesidad que padece, y sobre todo, por
la ausencia de un padre que teme no volver a verle.
Alberto Cortez (al que
hemos tenido en estas
entradas) compondrá la melodía y en ella volcará toda la sensibilidad de la
letra con un fondo de bajo sobre el que van surgiendo pequeñas notas de xilofón
y piano primero a los que se le unen la guitarra y el violín aportando
pinceladas que llenan en su simplicidad la voz personal y cristalina del
cantante que declama y canta los versos inmortales.
Página Oficial
©
Miguel Hernández,
Alberto Cortez y Zafiro.
Letra Original:
|
La
cebolla es escarcha
cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda.
En
la cuna del hambre
mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tú sangre, escarchada de azúcar cebolla y hambre.
Una
mujer morena
resuelta en luna se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete niño, que te traigo la luna cuando es preciso.
Tu
risa me hace libre,
me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus ojos relampaguea.
Es
tu risa la espada
más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor.
Desperté
de ser niño:
nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma.
Al
octavo mes ríes
con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes.
Frontera
de los besos
serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma. Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro.
Vuela
niño en la doble
luna del pecho: él, triste de cebolla, tú, satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre. |
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