Nuestro
amigo Luis nos trae una canción que nos permite reflexionar sobre lo diferentes
que son los valores de las personas. Si atendemos a los medios de comunicación
veremos que es el poder, político, social, financiero, el que casi monopoliza
toda la información y el interés, y hasta los elementos que podamos considerar
más alejados como puede ser el deporte, la cultura o la prensa rosa siguen
siendo campos en los que se enfrentan posiciones que buscan imponer su voluntad
frente a otras. Sin embargo cuando bajamos a nuestra existencia eso sólo nos
interesa si el amor no está presente en nuestras vidas, si se quiere a alguien
es la salud, la felicidad, el bienestar, el futuro de las personas que amas, lo
único que nos mueve de verdad, y somos capaces de desprendernos de cualquier
cosa material u honor social con tal de conseguir que eso no cambie, y eso sí
que es poder de verdad.
Amancio Prada (al que
hemos tenido en estas entradas) tuvo la fortuna de nacer en una zona que es frontera entre la
cultura castellana y leonesa de la Meseta y la celta de las montañas cántabras
y gallegas en 1949, por lo que en su infancia mamó folklores muy diversos y
enriquecedores. En mitad de los sesenta marcha a La Sorbona a
estudiar sociología y al mismo tiempo se va haciendo un nombre en los ambientes
folk franceses. Su debut lo
hace de la mano de Georges
Brassens (al que hemos tenido en estas entradas), y tendrá gran éxito internacional. Vuelve a España en 1975 y
desde entonces ha realizado una labor extraordinaria de recuperación y
revitalización de las músicas tradicionales hispánicas así como de musicalizar
algunas de las obras literarias españolas más importantes tanto en actuales
como en 2013 donde adapta poemas de Agustín
García Calvo como esa Tú, Cuya Mano
como clásicas en 2002 con Canciones Del
Alma donde pone música al poemario Canciones
Del Alma de San
Juan De la Cruz.
La
letra es de una declaración de amor llena de lirismo, donde lo contrapone
contra todo lo que el mundo considera que es importante mientras que lo que
consideran que es nada lo es todo para su vida.
La
música arranca con unas notas tenues de guitarra que dan paso a la voz
cantarina y sencilla del cantante que contará con el apoyo de los coros primero
y después del bandoneón, la percusión, el piano y el violín para ir aumentando
la fuerza de la canción.
©
Agustín
García Calvo, Amancio
Prada y Camaina.
Letra original |
Tú, cuya mano me ha bañado de un fuego transparente las espaldas, cuyos ojos en claros naufragios hundieron algunos principios elementales de mi alma, tú eres mi patria. Tú, que no tienes apellido, que no sé si eres pájaro o si alcándara, que de todos tus brazos las letras de plomo cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas, tú eres mis padres y mi patria. Tú, que ni tú te acuerdas dónde tendiste a orear las nubes blancas, que de tantos amores que tienes confundes el nombre de todos los días de cada semana, tú eres mi Dios y mis padres y mi patria. Tú, que tan dulcemente besas que el cielo bocabajo se volcaba, y que no se sabía de quién ya la lengua, de quién la saliva, de puro sabrosa y templada, tú eres mis leyes y mi Dios y mis padres y mi patria. Tú, que apacientas calaveras por las praderas de la verde África y a los rojos leones les echas de pasto las rosas de leche de luna de Nuruquimagua, tú eres mi ejército y mis leyes y mi Dios y mis padres y mi patria. Eres mi ejército y mis leyes y mi Dios y mis padres y mi patria, y el ejército y Dios y las leyes y todas las patrias y padres se creen que tú no eres nada: que no eres nada. |
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