En
la vida tienes muchos momentos en los que la tentación de “bajar los brazos” es
enorme. En unas ocasiones son tus decisiones las que te derrotan y te hacen muy
difícil el seguir luchando, en otras son las que toman otras personas las que
te llevan a meditar seriamente en rendirte, y también están los grandes cambios
sociales y políticos de tu país en particular o de la Humanidad en general los
que te pueden desmoralizar. No vamos a ser tan ingenu@s de hacer de
pseudo-coachers de baratillo y decir que siempre hay que ser positiv@s y todas
esas chorradas, porque cada un@ ha llegado a ese sentimiento después de seguir
su propio camino. Si alguien decide que hasta aquí, que ya ha dado todo lo que
tenía en su interior, no hay recriminación alguna y hay que agradecerle todo el
esfuerzo que ha realizado, pero (siempre están los peros) permitidnos el
atrevimiento de una sugerencia: no hay sólo una batalla en la vida, no hay sólo
un propósito en nuestra existencia, y sí hay cientos de proyectos que te pueden
ilusionar y millones de personas que te pueden ayudar o que precisan que les
eches una mano. Para nosotr@s esta canción siempre ha sido un himno que nos
recuerda que luchar siempre es la mejor opción que hemos elegido y que nos une.
Miguel Ríos (al que
hemos tenido en estas entradas) Nace en 1944 en Granada y con 16 años gana un concurso en la
radio local, y con ese reconocimiento consigue convencer a su Madre de que la
música es su vocación. Así que marcha a Madrid donde poco a poco se va haciendo
un hueco en las matinales
del Price, lugar en el que surgía el embrión del rock español, donde se
codea con lo más vanguardista del momento. En 1964 abandona su nombre artístico
de Mike Ríos y con él su etapa del twist, para abrazar con pasión
el rock, y va dejando
las adaptaciones de éxitos extranjeros por temas originales. En 1968 ficha por
Hispavox que le relanza con canciones tan buenas como Vuelvo a Granada o la magnífica El
Río. Su popularidad se convierte en mundial cuando un año después acepta
participar en el proyecto del genial músico Waldo de los Ríos
de poner letra propia a la Oda
a la Alegría de la 9ª Sinfonía de Ludwig van Beethoven
a la que titulan Himno
a la Alegría que será número uno en medio mundo con siete millones de
discos vendidos. Los setenta son años de mucha experimentación tanto en el rock progresivo con el
LP Memorias De Un
Ser Humano de 1974, como en el rock andaluz con Al-Andalus
tres años más tarde, que contaron con el aplauso de la crítica pero poco
respaldo en ventas de discos. Por eso en 1980 publica Rocanrol
Bumerang con temazos como Santa
Lucía que inicia una década de éxitos constantes como con esta versión de Todo A Pulmón, con giras apoteósicas como
la Rock And Ríos que arrancaba con
tremenda Bienvenidos o El Rock de
Una Noche de Verano que contará con más de 700.000 espectadores tan
sólo en España. En1987 será el productor y conductor de un programa mítico TVE como
fue Qué
Noche la de Aquel Año en la que durante 26 programas fue repasando uno
a uno la música de cada año desde 1962 descubriendo las buenas canciones que se
hicieron en esos tiempos y que se habían ido olvidado. Los noventa son años de
reconocimiento y de giras en compañía de amigos como Ana Belén (a la que
hemos tenido en estas entradas), Víctor Manuel
(al que hemos tenido en estas entradas) y Joan
Manuel Serrat (al que hemos tenido en estas entradas). En 1998 se embarca en una revisión de sus éxitos y sus canciones
favoritas con una big band
en Big
Band Ríos con la que se va de gira. Tres años después realiza un disco
de duetos con grandes amigos en Miguel
Ríos y Las Estrellas Del Rock Latino como Joaquín Sabina (al
que hemos tenido en estas entradas), Fito Páez
(al que hemos tenido en estas entradas). El Tri
(al que hemos tenido en estas entradas) o Rosendo (al que
hemos tenido en estas entradas) con el que canta Agradecido. Desde entonces sigue dando concierto y participando esporádicamente en proyectos que le ilusionen.
La
letra es una declaración de vida en la que se proclama que hay que luchar por
lo que crees aunque los riesgos sean muchos y las tentaciones casi
irresistibles, y que al final uno tiene que darlo todo sin esperar si recibe
ayuda o no.
La
canción arranca con unas notas poderosas y solemnes de piano que dan paso a la
voz profunda, cantarina y con cierto eco del cantante que después es apoyada
por la sección de cuerda que aporta más fuerza. Ya pasada la mitad entra la
batería para con el bajo y la guitarra llevar el tema a lo épico.
©
Alejandro Lerner y
Polydor.
Letra original |
Que difícil se me hace, mantenerme en este viaje sin saber a dónde voy en realidad. Si es de ida o de vuelta, si el furgón es la primera, si volver es una forma de llegar. Que difícil se me hace, cargar todo este equipaje, se hace dura una subida al caminar. Esta realidad tirana que se ríe a carcajadas, porque espera que me canse de buscar. Cada gota, cada idea, cada paso en mi carrera y la estrofa de mi última canción. Cada fecha postergada, la salida y la llegada, y el oxígeno de mi respiración, y todo a pulmón, todo a pulmón. Que difícil se me hace, mantenerme con coraje, lejos de la tranza y la prostitución. Defender mi ideología buena o mala, pero mía, tan humana como la contradicción. Que difícil se me hace, seguir pagando el peaje de esta ruta de locura y ambición. Un amigo en la carrera, una luz y una escalera y la fuerza de hacer todo a pulmón. Cada gota, cada idea, cada paso en mi carrera y la estrofa de mi última canción Cada fecha postergada la salida y la llegada y el oxígeno de mi respiración y todo a pulmón, todo a pulmón |
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