Nuestro
amigo Luis nos trae otra de esas joyas que parece que el tiempo entierra en
desiertos de olvido, pero que los arqueólogos de la belleza consiguen encontrar
y regalar a quienes sabemos apreciarlas. El amor que describe la entrada de hoy
es caótico y ordenado, es indescriptible y claro, es tormenta y calma, porque
todo ello es este sentimiento que nos asusta y nos atrae, que tememos y
deseamos, que ahoga y da vida. Si se pudiera definir lo que es amar con
palabras, las que nos ofrece el cantautor tinerfeño estarían muy lejos y a tan
sólo un latido de dar con la verdad, así que escuchad y disfrutad.
Pedro Guerra (al que
hemos tenido en estas entradas) nace en Tenerife en 1.966 y desde muy pronto tendrá
claras sus inclinaciones poéticas y musicales actuando desde los dieciséis. Al
entrar en la Universidad contacta con otros cantautores con los que conforma el
Taller
en el que mezclarán el folclore canario con los sonidos caribeños. En 1.993 se
muda a Madrid donde se dedica a frecuentar el circuito de cantautores mientras
compone para otros artistas de la talla de Joaquín Sabina
(al que hemos tenido en estas entradas) o de Ana Belén (a la que
hemos tenido en estas entradas). Esta última será la que le dé el empujón a la fama al versionar
su canción Contamíname de su primer
disco Golosinas de
1.995 y en el que encontramos su sensacional El Marido De La Peluquera. Dos años más tarde llega su gran éxito con
temas como Debajo Del Puente de Tan Cerca De Mi. En los años siguientes
experimentará con diversos sonidos con mayor o menor éxito destacando los LPs
de 2.001 Hijas De Eva
y de Vidas en 2.008
donde encontramos esta Madurar El Amor.
Desde entonces participa activamente en la producción de discos propios y de
otros artistas en el que destaca su gusto por las letras trabajadas y las
sonoridades sencillas.
La
canción trata de describirnos lo que es el amor y como tratar con él.
La
música tiene un arranque juguetón y dulce con el charango que da paso a la voz
cantarina y delicada del cantante seguida de la guitarra, el bajo, y la percusión.
Más tarde se le une el piano y los coros.
©
Pedro Guerra y BMG.
Letra original |
Hay que aprender a conocer el amor no confundir el amor con la hoja seca de amor que cae al pie del amor Hay que aprender a no esperar del amor pero en empeños de amor hacer brotar el amor de la paciencia el amor No tiene rostro no tiene altura no puede ser llevado de la mano no tiene calma no tiene anchura no puede ser armado ni comprado Hay que aprender a madurar el amor dejar volar el amor y que respire el amor todo el amor del amor Hay que aprender a recoger el amor desmenuzar el amor no hacer altares de amor bajar al suelo el amor No tiene rostro no tiene altura no puede ser llevado de la mano no tiene calma no tiene anchura no puede ser armado ni comprado |
No hay comentarios:
Publicar un comentario