Ni
olvido ni perdón, eso es lo que creo que debemos sentir las personas de bien
ante los
atentados del 11M. En ese día unos malnacidos nos declararon sus enemigos
porque el odio es la única idea que de verdad dirige sus vidas y rige su
sinrazón. Esos malvados tienen razón cuando tratan de acabar con nosotros porque
la existencia de un país donde la libertad es ley, donde las personas pueden
pensar lo que quieran sin más freno que el de no tratar de imponerse por medio
de la violencia, donde la mujer no es una esclava, donde sabemos que no somos
perfec@s pero tratamos de mejorar día a día en la abolición de las
desigualdades y en el respeto a las minorías, hace que para quienes sólo
admiten que su fe o su ideología es la única verdad seamos el enemigo. Así que
nos harán tanto daño como esa terrorífica mañana y nos provocarán tanta pena
como lo que sentimos al escuchar esta canción, pero derrotarnos, eso no lo
conseguirán jamás mientras sepamos lo que está en juego y dejemos a un lado lo
que nos divide y nos centremos en todo lo que nos hace libres e iguales.
Luz Casal (a la que hemos
tenido en estas entradas) nace en La Coruña en 1958 pero desde muy pequeña vivirá en
diferentes localidades de Asturias donde aprende solfeo y canto y participa en
varias bandas locales. En 1977 marcha a Madrid para continuar sus estudios y empieza
profesionalmente en la música desde lo más bajo haciendo coros en estudio y
acompañando en giras a cantantes del momento. Hasta 1982 no lanza su primer
disco, Luz, en el que predomina
el rock junto alguna balada suelta destacando el tema No Aguanto Más. Dos años más tarde edita Los Ojos Del
Gato que pasa sin pena ni gloria. Empieza a ser conocida en 1985 con Luz III gracias a el tema
paródico Rufino que será muy radiado.
Dos años más tarde encontramos una de sus primeras grandes canciones como es Quiéreme Aunque Te Duela que va
preparando el camino del éxito total que llegará en 1989 con Luz
V, en el que encontramos temazos como Loca, Te Dejé Marchar, No Me Importa Nada, con el vende más de
300.000 discos sólo en España. Su popularidad se agranda con interpretación del
bolero Piensa En Mí en la BSO de Tacones Lejanos y
esa maravillosa Un Año De Amor
(versión del clásico de Nino
Ferrer Un An d'amour (C'est
Irréparable)) siendo ya su reconocimiento mundial, y ese mismo año 1991 nos
regala A
Contraluz con maravillas como Es
Por Ti o Un Pedazo De Cielo. Tras
un descanso de cuatro años vuelve con Como La Flor Prometida
que arrasa con 800.000 discos vendidos merced a temas como Entre Mis Recuerdos y Besaré
El Suelo que le compuso Carlos Goñi (al que
hemos tenido en estas entradas). En 1999 vuelve a conseguir el aplauso de público y crítica con Un Mar de Confianza
del que destacamos Mi Confianza que
le consigue el Premio
Ondas y la tremendamente emotiva Sentir.
Con Otra Mirada
(2002) y sobretodo Sencilla Alegría
(2004), donde encontramos esta versión de Ecos,
suponen variaciones de su estilo acercándose al jazz, la copla y hasta el
flamenco. En 2007 se le diagnostica un cáncer de mama, del que consigue
recuperarse, y exorciza la enfermedad con Vida Tóxica,
aunque tres años después en plena gira de presentación de su disco La Pasión tendrá que volver al quirófano
y a la quimioterapia para volver a luchar, dándonos a tod@s una lección de
entereza y fuerza. Tras Almas Gemelas
de 2013, su último disco hasta el momento lo ha publicado este 2018 con el
título de Que Corra El Aire y también
le ha dado tiempo a colaborar con Depedro en
Te Sigo Soñando.
La
letra es la desgarrada historia de quien perdió el corazón por la explosión.
La música
con unas notas tristes de piano que dan paso al bajo, a la guitarra que preceden
a la voz llena de sentimiento y ternura de la cantante apoyándose en la batería.
© Bernardo
Acosta y EMI.
Letra original |
Recuerdo el día que te fuiste una mañana de invierno Subiste en ese tren e hicieron de mi vida un infierno Y los besos que entregué te los llevaste demasiado lejos Y me despierto en un vagón ya me he pasado de estación No me preguntes qué hago aquí en las entrañas de Madrid Puede que exista una razón que me robara el corazón, el corazón Mil noches y una más tratando de escapar de un mal sueño oyendo en soledad el llanto de los ecos eternos ¿Cuánto tiempo ha de pasar para sentir que ya no estás viviendo? Y me despierto en un vagón ya me he pasado de estación No me preguntes qué hago aquí en las entrañas de Madrid en las entrañas de Madrid Ecos eternos Puede que exista una razón que me robara el corazón, Y me despierto en un vagón ya me he pasado de estación No me preguntes qué hago aquí en las entrañas de Madrid Y me despierto en un vagón ya me he pasado de estación No me preguntes qué hago aquí en las entrañas de Madrid en las entrañas de Madrid |
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