Abril
es el mes de la esperanza en el que la Primavera empieza a desplegar toda la
potencia de sus armas para desterrar el invierno, real y mental, de nuestras
vidas; es la metáfora de la juventud por exprimir, del futuro por desarrollar,
de los sueños por cumplir; es con el que contamos los años cuando queremos
reflejarlo sobre existencias adolescentes. Pero también es al que vuelve
nuestra memoria melancólica para encontrar en él la génesis de nuestra
desgracia, el primer tropezón que se encadenó al resto que nos hundió, el
despertar al sórdido y mezquino mundo real. Ya sabéis que aquí no somos nada
dados a ver el mundo si no es tras unas gafas rosas que matan lo gris, pero en
ocasiones no está de más que ofrezcamos la otra realidad, como en el caso de
esta canción.
Joaquín Sabina (al
que hemos tenido en esta,
esta,
esta,
esta
y esta
entradas) nace Úbeda y, a
pesar de pertenecer a una familia del Régimen, muy
pronto se radicaliza y formará parte del PCE.
Mientras estudiaba Filosofía y Letras Granada participa en el lanzamiento de un
cóctel molotov a un banco en 1970, y su padre (a la sazón comisario de policía)
le mete en un tren, antes de que le detengan, que le lleva primero en Paris y
después en Londres. Tras la Amnistía
en 1977 vuelve y es de los primeros que se da cuenta de que las letras
políticas empiezan a aburrir al personal y evoluciona hacia temáticas sobre los
sentimientos en los que vuelca su ironías y su buen saber como poeta. A pesar
de su relativa fama en Madrid gracias a su participación en La
Mandrágora con Javier
Krahe (al que hemos tenido en esta
entrada) y Alberto
Pérez Lapastora, no fue conocido en el resto de España hasta que Fernando García
Tola le haga un fijo es su programa de televisión Si Yo
Fuera Presidente. Rápidamente edita un directo, Joaquín
Sabina y Viceversa en directo, con las mejores canciones de su
trayectoria anterior logrando un espectacular éxito de ventas. Le seguirán Hotel, Dulce Hotel
en 1987 y un año más tarde El
Hombre Del Traje Gris donde se encuentra esta canción. Los 90 le
consolidan como uno de los artistas de referencia con discos como Mentiras
Piadosas en 1990 y dos años después Física y
Química que venderá más de un millón de discos. Tras el infarto
cerebral que sufre en el 2000 deja la mayoría de sus adicciones aunque será
víctima de la depresión durante varios años de la que sale tras componer el
“disco medicinal” Alivio De Luto y empezar una gira por toda España. Desde
entonces sigue editando discos y publicando poemarios, y participa con su gran
amigo Joan Manuel Serrat
(al que hemos tenido en esta,
esta,
esta,
esta,
esta,
esta,
esta
y esta
entradas) en giras conjuntas.
La
letra alegre, lo que se dice alegre, no es. Nos habla de tres historias de
personas que sufren el fracaso en su vida y que desesperados claman preguntando
quién les robó las ilusiones que habían guardado en su corazón.
La
música tiene la perfecta mezcla de melancolía y tristeza con el piano, los
teclados, las guitarras, el bajo y la batería, y donde la voz del cantante
todavía tenía los registros suficientes para entonar los versos sin la actual
ronquera.
Página oficial
©
Joaquín Sabina y
BMG.
Letra Original:
|
En
la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor, el desamparo y la humedad comparten colchón y cuando, por la calle, pasa la vida, como un huracán, el hombre del traje gris saca un sucio calendario del bolsillo y grita ¿quién me ha robado el mes de abril? ¿Pero cómo pudo sucederme a mí? ¿Quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón.
La
chica de BUP casi todas
las asignaturas suspendió el curso en que preñada aquel chaval la dejó y cuando en la pizarra pasa lista en profe de latín lágrimas de desamor ruedan por la página de un bloc y en él escribe ¿quién me ha robado el mes de abril? ¿Cómo pudo sucederme a mí? ¿Pero quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón.
El
marido de mi madre
que en el último tren se largó con una peluquera veinte años menor y cuando exhiben esas risas de Instamatic en París, derrotada en el sillón, se marchita viendo Falcon Crest mi vieja y piensa ¿quién me ha robado el mes de abril? ¿Cómo pudo sucederme a mí? ¿Pero quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón.
¿Pero
quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí? ¿Quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón.
¿Quién
me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón
¿Quién
me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí? |
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