Nuestra
Semana Santa está plagada de hechos de gran emotividad que van más allá del
propio hecho religioso. Es la culminación de un año de entrenamientos y de
sacrificios por parte de los cofrades y de las bandas que los acompañan, y para
muchos el desfilar en ciertas posiciones es un premio por su actuación durante
el año. Así sucede con los miembros que portan el Cristo De La
Buena Muerte durante las procesiones de Jueves Santo de Málaga que son
escogidos entre los mejores caballeros legionarios del Primer Tercio Gran
Capitán. Ya sé que esta canción de religiosa tiene poco, pero el acto que
ofrecemos en el vídeo es uno de los más importantes de la Semana Santa
española.
La Legión es
un cuerpo de choque nacido en los años veinte del pasado siglo de la mano de
dos militares de gran prestigio en ese momento como eran el teniente coronel Millán Astray
y el comandante Franco,
que organizan unos batallones de soldados profesionales a imagen de la Legión
Extranjera Francesa, y el éxito de su labor está atestiguada por ser una de las
unidades más laureadas de nuestro ejército siendo una de las menos veteranas. A
nosotros nos importa que en 1921 se compone este cuplé por parte del músico
Juan Costa y el poeta Fidel Prado en el que se ensalzaban las actuaciones de
unos soldados que habían contribuido decisivamente a salvar la difícil
situación de las tropas españolas en la Guerra del Rif, y que en
cuanto lo escucha el fundador del Tercio pide que se adapte para poder ser
cantado durante la marcha y lo instituye como himno legionario.
La
letra de El Novio De La Muerte es
tremenda y ahonda en la idea de que los que se alistaban en una bandera
legionaria lo hacían para huir de un pasado que nadie allí preguntaba. La
valentía y la temeridad se convierten en su forma de vida y la muerte es esa
novia que se busca hasta alcanzarla. Y entonces conocemos que su valor es fruto
de la desesperación que, como buen católico, no puede suicidarse, pero que buscará
siempre los puestos más peligrosos del combate para que el enemigo le permita
con una bala reunirse con su amada.
A
ver, la banda de cornetas y tambores de La Legión es
de las mejores de España, pero como diversidad de sonidos da para lo que da, al
igual que las voces de los legionarios no son precisamente de los alumnos más
aventajados de una escuela de canto, pero como lo hacen con todo el corazón,
para muchos éste es uno de esos momentos en el que la emoción nos sobrecoge.
Página oficial
©
Juan Costa y Fidel Prado.
Letra Original:
|
Nadie
en el Tercio sabía
quien era aquel legionario tan audaz y temerario que se alistó en la legión. Nadie sabía su historia, más la Legión presumía que un gran dolor le mordía como un lobo, el corazón. Cuando más recio era el fuego y la pelea más fiera defendiendo su Bandera el legionario avanzó. Y sin ceder al empuje del enemigo exaltado, supo morir como un bravo y la enseña rescató. Y al regar con su sangre la tierra ardiente, murmuró el legionario con voz doliente: Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera, soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera. Cuando al fin le recogieron, entre su pecho encontraron una carta y un retrato de una divina mujer. Aquella carta decía: "si algún día Dios te llama para mí un puesto reclama que buscarte pronto iré". Y en el último beso que le enviaba su postrer despedida le consagraba. Por ir a tu lado a verte mi más leal compañera, me hice novio de la muerte, la estreché con lazo fuerte y su amor fue mi ¡Bandera! |
Una letra preciosa y conmovedora.Este Jueves Santo la ví en Málaga y es escalofriante.
ResponderEliminarUna letra y una interpretación que al menos a los españoles nos produce una gran emoción.
EliminarEsperamos que nos sigas acompañando en el blog.