Yo
creo que cuando uno se pone a escribir hay que hacer eso que Carlos Herrera
llama “periodismo verdad” que es hablar de todo y de todos sin dejarse nada en el
tintero, y en esta ocasión nos toca hablar de la primera vez, que a mí me aconteció
tal día como hoy hace 25 años. Sé que en otros lugares se hace a edades más
tempranas (yo mismo tuve mis escarceos en el Instituto) pero lo decente es
hacerlo a los dieciocho años como Dios manda, y así un domingo (que mejor que
hacerlo santificando el día del Señor) me levanté temprano y les comuniqué a
mis progenitores que iba a realizar el acto y que iba a ir solo, sé que les
produjo cierta decepción el que no fuera acompañado por ellos, pero es que en
algunas cosas soy muy rebelde y me daba corte que me vieran aparecer rodeado de
mi Padre y de mi Madre, no fuera que se les escapase una lágrima. Me dirigí al
lugar en cuestión y le pedí al portero que me indicara dónde ir, éste me señaló
unas cortinas rojas donde me podía preparar adecuadamente y, tras revisar que
tenía todo lo necesario, me dirigí con determinación a cumplir como un hombre
por lo que, tras el buenos días de rigor, la metí con puntería y firmeza. He de
decir que a un momento de clímax eufórico le siguió el bajón de lo corto del
proceso y la falta de emoción de los que me rodeaban, así que me volví a mi
casa donde sí supieron felicitarme adecuadamente por la culminación de este
ritual iniciático a la mayoría de edad. Se ha hablado y escrito mucho del tema
pero para mí lo más acertado es lo que este grupo cantó hace tres décadas y que
catalogo como Placer Culpable.
La Trinca arrancó su andadura
en 1969 dentro de la Nova
Canço Catalana pero para defender sus posicionamientos políticos y
culturales decidieron usar la ironía y el humor, pudiendo así eludir más fácilmente
la censura. Con la llegada de la Transición
comienzan a extender sus actuaciones al resto de España, traduciendo en 1983 algunas
de sus canciones al castellano en el mítico disco Quesquesé Se Merdé (en el que se incluyen temazos como El Barón De Bidé, Las Hermanas Sister, Oda
Al Papel Higiénico o la canción que hoy os traemos) que les hizo
enormemente populares en todo el país. Dan el salto a Iberoamérica y con Quiero Una Novia
Pechugona se colarán en las listas de éxitos. Realizaron varios
programas de humor para la televisión y en 1989 decidieron abandonar su carrera
como músicos para ser productores de productos multimedia con la compañía Gestmusic que ha
tenido productos tan exitosos y lucrativos como Operación Triunfo
o Crónicas
Marcianas.
La
letra nos narra cómo puede ser tomado a sorna y las circunstancias risibles de
todo el recorrido que se hace de un acto tan importante en nuestras vidas como
es el voto.
La
música empieza con unas notas de piano, con un bajo lastimero y un fondo de
sección de cuerda. Posteriormente entran la batería y la guitarra eléctrica
para subir la emoción.
Letra Original:
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El momento ya
llegó hoy es el día
por primera vez lo haré ya tengo edad, ya pasé la pubertad ya soy un hombre me lo está pidiendo el cuerpo que caray. Llego al sitio en cuestión hay mucha cola educado pido turno para entrar, en la cola algunos miran de reojo, mientras otros ya la empiezan a sacar. Después de esperarte más de media hora por fin me introduzco en el cuchitril donde ella me espera y es tan seductora que siento en el cuerpo un ansia febril. Me la busco, ¡maldición! no me la encuentro ya la tengo, la pillé por fin salió será cosa de apuntarle al orificio, me prepara a efectuar la introducción. Se la encajo sin pensar llega hasta el fondo y así el acto finalmente consumé...... en la urna ya metí la papeleta, ya voté por vez primera... ya vote. larala, larala, la larala, ya voté |
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