Como digo en
mi biografía hay dos canciones que marcan mi despertar a esto de la música, la
ya reseñada My
Sharonna y esta titulada El Pistolero de Pistones. La primera ya he
dicho que me enganchó gracias a la música, ya que yo por entonces (y ahora casi
también) no me enteraba de nada al estar en inglés, pero esta segunda tuvo para
mí el enorme atractivo de contar una historia interesante, y no sobre todas
esas cosas asquerosas del amor y demás tonterías de niñas (tenía doce años así
que la ignorancia, como el valor en la infantería española, se le supone a uno
a esa edad).
El grupo se
engloba dentro de esa explosión musical que fue la movida madrileña
que musicalmente no tenían nada que ver entre sí, pero que sí que partían de un
mismo espíritu de experimentación de todo lo que hasta el momento estaba
prohibido. Los componentes se unen en 1980 influenciados por el rock americano
de los Ramones y el punk de
los Sex Pistols (grupos
de los que toman su nombre), y van derivando a un pop más comercial pero no
menos poderoso como es el Power
Pop. En 1983 sacarán al mercado su disco Persecución con la
producción del gran Ariel
Roth que al final tocará buena parte de los instrumentos. Este disco es uno
de los referentes de los 80 y en él han bebido muchos de los grupos
posteriores. Después de un verano de números uno y ochenta conciertos la banda
se descompone, y aunque lo vuelven a intentar en los años siguientes ya no
recuperan el favor del público.
La canción
empieza como toda la música del momento, a cañón, con la batería marcando el
ritmo, el riff de guitarra característico de la canción en primer plano y el
sintetizador y el bajo de fondo, dejando a la batería
electrónica para que de paso a la voz. Todo ello nos transmite una
sensación de angustia y de aceleramiento reflejo de la letra. Esta versa sobre
el miedo del protagonista ante la llegada de la muerte en forma de un pistolero
que parece recién salido del averno, de su soledad ante el peligro por la
cobardía del resto, y de su determinación a vender caro el pellejo, aunque el
mismo deja claro que no apuesta por su suerte ni un ardite. Y si juntamos a
esto un chaval deslumbrado por los westerns, en especial los de John Ford y John Wayne, te marca para
toda la vida.
Letra Original:
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El
pistolero ha llegado ya a la ciudad.
Se ha apodado “el Tuerto”, su profesión es matar. El pueblo entero ha volado, nadie quiere salir, en el salón el barman dejó ya de servir. Y yo sé que esta vez sin duda viene a por mí… algo tendré que hacer, sí, acabaré con él. Su risa es tan falsa como el judas aquel, su mirada la más fría que puedas conocer, en su cintura más balas que todo un arsenal, en su revólver más muescas que en la barra del bar, es el más sucio y rápido en disparar. Y yo sé que esta vez sin duda viene a por mí… algo tendré que hacer, sí, acabaré con él. Él acaba de entrar por la puerta del salón, con una señal me indica lo desgraciado que soy. Ya sé que con el sherriff no se puede contar, su lema es siempre la ley y para él no es legal. Y yo sé que esta vez sin duda viene a por mí… algo tendré que hacer, sí, acabaré con él. Sí, sí, acabaré con él. Sí, sí, acabaré con él. |
Si aun te apasionan los westerns, te aconsejo que te leas La Torre Oscura de Stephn King! :)
ResponderEliminarPues que sepas que como se dice "me das en el palo del gusto" porque soy un fan de esa saga, que he leído tanto en libro como en cómic, y que espero su adaptación al cine con ansia.
EliminarUn saludo y espero que nos sigas acompañando en el blog.