La
muerte de Robert Redford
es la muestra de cómo un tipo de cine, una forma de entender el arte ha
desaparecido. No voy a poner la lista de sus películas en las que se implicó
desde muy pronto en tareas de producción, o de sus premios como actor y
director, ni su posicionamiento político por las libertades cuando eso no
suponía una cancelación mediático sino directamente física, para eso están los
obituarios. Yo de lo que quiero hablar es de la emoción de verle en El Golpe
con esta canción de fondo burlando al mal, la vulnerabilidad que mostraba
frente a Barbra Streisand
(a la que ya hemos tenido en estas entradas) en Tal Como Éramos, su
valor como alcaide encarcelado en Brubaker, o su angustia
en Los Tres Días Del
Condor, por decir las primeras que se me vienen a la cabeza. Todos
diremos que él vivirá en sus películas, y así es, pero también que hoy el mundo
es menos bello.
Scott Joplin nació en Texarka
(EE.UU.) en 1868, hijo de un ex esclavo, para que veamos la situaciónen la que
se encontraba. La familia tenía una gran vertiente musical ya que su madre
cantaba y tocaba el banjo, y su padre tocaba el violín, por lo que desde niño comenzó
a aprender piano gracias Julius
Weiss, un inmigrante alemán, que le enseñó técnica pianística y le
introdujo a la música europea. Abandona Texas y recorre EE.UU. como músico itinerante
hasta que en 1899 publica Maple Leaf Rag, que
se convierte en un éxito y define el género del ragtime. Tres años después graba
esta The Entertainer (A Rag
Time Two Step) que será un clásico. Desgraciadamente se embarca en
varios proyectos operísticos que le arruinan y ante el fracaso de los mismos,
que unidos a un deterioro mental debido a la sífilis terciaria, le lleva a ingresar
en un hospital psiquiátrico muriendo en 1917 en Nueva York.
La
música arranca con unas notas leves de piano que juegan como el gato y el ratón
subiendo y bajando de fuerza hasta que entra la sección de viento a todo trapo
con el clarinete comandándola con la percusión al quite. Así se crea una obra
maestra de la música instrumental.
© Scott Joplin, Marvin Hamlisch y MCA.
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