Pido
primero disculpas porque siempre toda generalización lleva implícita una gran
injusticia, pero para mí es cada vez más claro que las letras de las canciones
que llegan a lo alto de las listas muestran una decadencia muy preocupante. Puede
ser que las discográficas promocionen canciones más básicas para que tengan un
potencial más amplio, o que en realidad el público demande conceptos simples
para no tener que pensar demasiado, aunque me temo es que ambas se pueden
unificar en que la capacidad de comprensión y cultural de nuestra sociedad está
en caída libre. Y la verdad es que no demando una poesía llena de figuras literarias,
ni el uso de palabras de más de tres sílabas, porque eso no tiene porqué componer
una buena canción, lo que demando es que desde lo sencillo se llegue a lo
sublime como creo que sucede en la entrada de hoy.
Ana Belén (a la que
hemos tenido en estas entradas) nace en Madrid en 1951. Desde niña demostró grandes dotes para la
canción y por eso se intentó que desarrollase una carrera de niña prodigio con
su nombre de pila, pero figuras como Marisol (a la que hemos tenido en estas entradas)
y Rocío Durcal
(a la que hemos tenido en estas entradas),
y el fracaso de su película Zampo y Yo harán que
esto no sea posible. No por ello se rinde y decide apostar por la actuación en
teatro dentro del Teatro Estudio de
Madrid abandonando su Mari Pili Cuesta del bautismo por el más sonoro por
el que tod@s la conocemos. Se va haciendo un nombre y empieza a participar en
televisión y cine, y es en el rodaje de la película Morbo donde conoce al que será después su marido, Víctor Manuel
(al que hemos tenido en estas entradas), personaje fundamental en su conversión en musa de la izquierda
intelectual española. En esos años finales de la Dictadura,
se produce un episodio polémico en el que son acusados de quemar una bandera de
España, por lo que se exiliarán seis meses en México para evitar problemas. Ese
tiempo fue de lo más productivo ya que entran en contacto con la Nova Trova Cubana y
otras músicas iberoamericanas, como con su versión del poema de Nicolás Guillén
La Muralla que será número uno en
toda Hispanoamérica. En 1979 protagoniza la serie Fortunata
y Jacinta de enorme éxito en todo el país y le abre la oportunidad de
volver a la canción con temas como su versión de Agapimú, Desde Mi Libertad,
su versión de Piano Man
de Billy Joel (al que
hemos tenido en estas entradas), Balance, La
Puerta de Alcalá, la versión de Sólo le Pido a
Dios o España Camisa Blanca De Mi
Esperanza, esta Lía que le
compone José
María Cano de Mecano
(a los que hemos tenido en estas entradas). Gracias a ella
resucita el cine y el teatro musical en España al protagonizar y producir la
magnífica La
Corte del Faraón Los primeros 90 son terreno para algunos mini fracasos
por lo que se pone las pilas y lanza el disco Veneno En El Corazón que la vuelve a situar en los primeros puestos
de las listas. Lista como la que más, es de las primeras en ver que la
piratería era herida mortal para las ventas de discos y que las solución eran
los conciertos, así que primero con su marido y después con sus amigos Joaquín Sabina (al
que hemos tenido en estas entradas), Miguel
Ríos (al que hemos tenido en estas entradas) y Joan
Manuel Serrat (al que hemos tenido en estas entradas) realizan giras por España e Iberoamérica con un éxito espectacular.
En este siglo sigue regalándonos grandes canciones como Peces De Ciudad, Si Me Nombras o Mujer Valiente que le compone Rozalén (a la que hemos
tenido en estas entradas) y sus representaciones en el Festival de Teatro
Clásico de Mérida son todo un acontecimiento, demostrándonos que hay
personas (mujeres y hombres) que, partiendo de la excelencia, sólo saben
mejorar con el tiempo.
La
letra es un de una belleza lírica sin igual en la que narra con metáforas
desbordantes cómo el enamoramiento es un lío que lía los corazones.
La
música empieza con unas notas leves de teclados que dan paso a la voz sedosa y
cantarina de la cantante que declama y entona con una elegancia que hace que
sea seda sonora. Más tarde entra el bajo que con sus graves enfatiza y la
percusión que aumenta el ritmo.
©
José María
Cano y Sony.
Letra original |
Lía con tu pelo un edredón de terciopelo que me pueda guarecer si me encuentra en cueros el amanecer. Lía entre tus labios a los míos respirando en el vacío aprenderé como por la boca muere y mata el pez. Lías telarañas que enmarañas mi razón que te quiero mucho y es sin ton ni son. Lías cada día con el día posterior y entre día y día... Lía con tus brazos un nudo de dos lazos que me ate a tu pecho amor. Lía con tus besos la parte de mis sesos que manda en mi corazón. Lías tus miradas a mi falda por debajo de mi espalda, y digo yo, que mejor que el ojo pongas la intención. Líame a la pata de la cama no te quedes con las ganas de saber cuánto amor nos cabe de una sola vez. Lías cigarrillos de cariño sin papel para que los fume dentro de tu piel. Lías la cruceta de esta pobre marioneta y entre lío y lío, lía, lía… Lía con tus brazos un nudo de dos lazos que me ate a tu pecho amor. Lía con tus besos la parte de mis sesos que manda en mi corazón. Lías cada día con el día posterior y entre día y día, lía... Lía con tus brazos un nudo de dos lazos que me ate a tu pecho amor. Lía con tus besos la parte de mis sesos que manda en mi corazón. Lía con tus brazos un nudo de dos lazos que me ate a tu pecho amor. Lía, lía con tus besos la parte de mis sesos que manda en mi corazón. |
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