Es
curioso como cuando Rosalía
(a la que hemos tenido en estas
entradas) adapta la novela occitana Flamenca para su disco El Mal Querer se
reseñase como algo novedoso cuando es algo que se ha hecho en toda la historia
de la música, y sólo en las últimas décadas se ha apostado casi exclusivamente
en material original. En los siglos pasados cuando una novela tenía éxito
rápidamente se le componía una ópera, y los poemarios eran declamados con el
fondo de tonadas tradicionales que les brindaban la posibilidad de ser
popularizados para las amplias masas analfabetas. Cuando una poesía puede ser
cantada cobra más vida y nos abre las puertas a mundos que pueden ser duros
como el de la entrada de hoy, pero bellos sin par.
Enrique Sierra formó
parte del principal grupo punk
español que fue Kaka De
Luxe. Tras su disolución, en 1979 decidió aceptar la invitación de Herminio Molero para crear
una banda que fuera la traslación del new wave británico a España a
la que llamó Radio Futura
(a los que hemos tenido en estas entradas). Aunque un año después su primer disco, Música
Moderna, tuvo un notable éxito de público y servirá de impulsor les
encuadrará como uno de los estandartes de la Movida Madrileña,
provocará fuertes tensiones internas entre los componentes de la banda por el
excesivo intervencionismo de Hispavox. Al final sólo quedarán él, Santiago Auserón,
Luis Auserón, y
Solrac Velázquez que durante dos años sólo publicarán sencillos para terminar
el contrato con la discográfica, entre los que estará el mítico La
Estatua Del Jardín Botánico. En 1984 termina su suplicio y fichan con
Ariola con la que lanzan La Ley
Del Desierto/La Ley Del Mar donde alternan temas funky como Escuela de
Calor, con otros que serán el preámbulo del desembarco rock latino en España como Semilla Negra. Su
éxito les permite que para la creación un año después de De Un
País En Llamas se les presten todos los medios técnicos y las
colaboraciones que pidan, siendo el resultado un disco excepcional en el que
conviven temas de tan diferentes estilos como Han Caído Los Dos, El Tonto Simón o No Tocarte, pero
es esta diversidad la que explica sus menores ventas ante la confusión de sus fans.
Aprendida la lección, su siguiente trabajo, La Canción De
Juan Perro (1987), tenga una identidad claramente enfocada al rock latino del que será uno
de sus discos fundamentales, aunque también tenga su hueco esta más popera Annabel Lee.
Su último disco de estudio, Veneno En La Piel,
editado en 1990 será al mismo tiempo su mayor éxito de ventas merced a
sencillos como Corazón De Tinta
o Veneno En
La Piel, y su epitafio al demostrar a las claras la diversidad de
criterio artístico de los miembros del grupo, por lo que en 1992 deciden su
disolución pero sin dejar por ello de colaborar todos en las carreras
individuales de cada uno de los integrantes de la formación.
La
letra es una versión libre del poema de Edgar Allan Poe en el
cual narra la terrible venganza de los ángeles para quienes tienen tanta
felicidad cuando están enamorad@s que no precisán más Cielo que quererse. .
La
canción arranca con unas notas lastimeras de teclados, batería, bajo y guitarra
que dan paso a la personalísima y clara voz del cantante.
©
Edgar Allan Poe, Santiago Auserón,
Luis Auserón y Ariola.
Letra original |
Hace muchos muchos años en un reino junto al mar habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee Y crecía aquella flor sin pensar en nada más que en amar y ser amada, ser amada por mí. Éramos sólo dos niños mas tan grande nuestro amor que los ángeles del cielo nos cogieron envidia Pues no eran tan felices, ni siquiera la mitad como todo el mundo sabe, en aquel reino junto al mar. Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche para helar el corazón de la hermosa Annabel lee Luego vino a llevársela su noble parentela para enterrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar. No luce la luna sin traérmela en sueños ni brilla una estrella sin que vea sus ojos Y así paso la noche acostado con ella mi querida hermosa, mi vida, mi esposa. Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores que saben más como dicen de las cosas de la vida Ni los ángeles del cielo ni los demonios del mar separaran jamás mi alma del alma de Annabel Lee. No luce la luna sin traérmela en sueños ni brilla una estrella sin que vea sus ojos Y así paso la noche acostado con ella mi querida hermosa, mi vida, mi esposa. En aquel sepulcro junto al mar en su tumba junto al mar ruidoso. Hace muchos muchos años en un reino junto al mar habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee Y crecía aquella flor sin pensar en nada más que en amar y ser amada, ser amada por mí. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario