Para
los países católicos hoy 1 de noviembre es el Día De Todos
Los Santos, fecha en la que nuestros cementerios se llenan de vivos que
recuerdan a sus seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros. La
Capitana hila muy fino y me recuerda que siendo este año el 75 aniversario de
la muerte de Miguel
Hernández, y que él compuso una de las mejores elegías (composición poética
del género lírico en la que se lamenta la muerte de una persona) escritas en
español, la que le dedicó a su amigo Ramón Sijé, pues
que sería “recomendable” que la entrada de hoy se la dediquemos a esta gran
canción. Y ya sabéis que vivo para servir a mis Amas y Señoras.
Joan Manuel Serrat
(al que hemos tenido en estas
entradas) nace en 1943 y fue un estudiante modelo que con becas se licenció
en 1965 como perito agrícola. Pero ya en esas épocas la música y la poesía
habían hecho presa en él y, tras aparecer en un programa de radio, es
rápidamente fichado por una discográfica. Será uno de los fundadores de la Nova Cançó
catalana, siendo sus primeros discos en esta bella lengua española como Ara
Que Tinc Vint Anys su primer LP en 1967 o un año después Com Ho Fa El Vent
donde encontramos la bellísima Paraules
d'amor. Su primer LP en castellano, La Paloma,
lo edita dos años más tarde, pero su salto a la fama lo consigue con la
valentía de adaptar musicalmente los poemas de poetas marginados por
republicanos como Antonio
Machado con Dedicado
a Antonio Machado, Poeta y Miguel Hernández
en Miguel Hernández
donde encontramos esas maravillosas Nanas
De La Cebolla, Para La Libertad y
esta Elegía. En 1970 en su disco Mi Niñez
encontramos Fiesta que tendrá gran
éxito y un año más tarde compone el que es, según nuestra opinión, el mejor
disco en español de la historia como es Mediterráneo
que le convierte en ídolo en todos los países de habla hispana y con el que
iniciará una gira por todo el mundo. En 1981 vuelve a las listas de éxitos con En Tránsito
y sobretodo dos años más tarde con ese soplo de aire fresco e ilusión que es Cada
Loco Con Su Tema. En 1985 continúa musicalizando poemas en El Sur También
Existe dedicado a Mario Benedetti. Los
noventa arranca lo que ha sido desde entonces su carrera en la que crea obras de
menor éxito como Sombras
De La China o Hijo De La
Luz Y De La Sombra donde busca nuevos sonidos y poemas, sin la búsqueda
desaforada del éxito mediático si no el personal, mientras realiza giras con su
amigo Joaquín Sabina
(al que hemos tenido en estas
entradas) llenando aforos con fans de toda edad y condición.
La
letra es un dramático canto al amigo perdido y en él muestra el dolor que le
embarga ante su ausencia, pasando de la rabia al desconsuelo.
La
música arranca con un prefacio melancólico de la sección de viento y de cuerda
con un fraseado del cantante. Entonces entran el bajo y el piano que con la voz
cantarina llena de dolor y sentimiento los versos del poeta.
Página Oficial
©
Miguel Hernández,
Joan Manuel Serrat
y Zafiro.
Letra Original:
|
(En
Orihuela, su pueblo y el mío,
se nos ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería...)
Yo
quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma tan temprano.
Alimentando
lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumentos, a las desalentadas amapolas
daré
tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler, me duele hasta el aliento.
Un
manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No
hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Ando
sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano
levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada, temprano está rodando por el suelo.
No
perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En
mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes, sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero
escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero
mirar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Volverás
a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera
de
angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.
Alegrarás
la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado, disputando tu novia y las abejas.
Tu
corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas, mi avariciosa voz de enamorado.
A
las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. |
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