Pi
tiene una multitud de querencias en todas de artes, le encanta el cine
argentino, es musa de cantautores, no hay exposición de pintura en Madrid que
no visite y en a no tardar en la fotografía será ella la que presente sus obras
para que las admiremos. Pero tiene otros gustos que es más difícil que revele y
no por complejo, que de esos gasta pocos, sino porque son intimidades que
forman parte de esa vida que nos revela sólo a los que tenemos la fortuna de
formar parte de su círculo más cercano. Gracias a este blog podemos conocer
alguna de ellas como es su pasión por uno de los grandes bardos de nuestro
idioma como es Alberto Cortez.
A
este genio de la república hermana de la Argentina ya le tuvimos en esta
entrada en la que contábamos como empezó a estudiar Derecho para agradar a
su familia, pero era la música y la poesía lo que quería como único futuro.
Actúa en varias bandas porteñas pero con 20 años se marcha a Bélgica donde su
disco Sucu Sucu será número uno en
ventas. Su éxito en Europa y Canadá es enorme y decide asentarse en Madrid para
poder trabajar con ese genio de la orquestación que fue Waldo de los Ríos.
El secreto de su éxito radica en que sus recitales son una mezcla de humor y de
música, donde su gran repertorio le permite interpretar temas propios como Cuando Un Amigo Se Va, Mi Árbol y Yo, En Un
Rincón del Alma, Castillos En El Aire y al mismo tiempo adaptar textos de
autores clásicos del Siglo
de Oro o de poetas hispanoamericanos como Yupanqui, Pablo Neruda o como en este caso
del genial Facundo Cabral.
Durante años el éxito le fue esquivo en su patria, mientras que en México y
España su popularidad era enorme, hasta que regresa en 1978 para realizar una
gira de gran repercusión. A pesar de sufrir un ataque cerebral en 1998 que le
dejó como secuela la imposibilidad de acompañarse con la guitarra, realiza
giras periódicas por toda Iberoamérica y España.
La
canción es la confesión de una persona que es al mismo tiempo es un vagabundo
en busca de emociones y un añorante de la casa de su madre. Ama a las mujeres,
el galanteo, el mar, y vivir.
La
música empieza con un ritmo de bajo secundado por la guitarra, el xilofón y los
violines que dan paso al cantante que primero frasea la primera estrofa para
comenzar a cantar los siguientes. Entonces se les une un ritmo de güiro y el resto de la
orquesta.
© Facundo Cabral, Alberto Cortez y CBS
Letra Original:
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Me gusta andar, pero no sigo el camino
lo seguro ya no tiene misterio, me gusta ir con el verano muy lejos, pero volver donde mi madre en invierno. Y ver los perros que jamás me olvidaron y los abrazos que me dan mis hermanos, Me gusta el sol y la mujer cuando llora, las golondrinas y también las señoras, saltar balcones y abrir las ventanas y las muchachas en abril. Me gusta el vino tanto como las flores y los amantes pero no los señores, me encanta ser amigo de los ladrones y las canciones en francés. No soy de aquí, ni soy de allá no tengo edad, ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad. Me gusta estar tirado siempre en la arena o en bicicleta perseguir a Manuela, o todo el tiempo para ver las estrellas con la María en el trigal. No soy de aquí, ni soy de allá no tengo edad, ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad. |
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