Supongo
que pasará también con el cine, la fotografía, la escultura o la gastronomía,
pero lo más normal es que los momentos más importantes de nuestra vida si
cuentan con algún elemento artístico al que asociarlo sea con la música. Las
canciones tienen la cualidad de permitirnos hacer algo más que escuchar, ya que
podemos hablar, ver y lo que sea menester en su compañía. La entrada de hoy nos
la ha solicitado un amigo que se la quiere dedicar a su pareja porque con este
tema de fondo supieron que su amor nunca tendría fecha de caducidad. Muchas
felicidades a los afortunados, a los que deseamos lo mejor, y nosotros a
disfrutar de estos versos y melodía.
Mis
chicas Bristol están de nuevo de enhorabuena ya que Andrés Suárez vuelve
por estos lares uno de sus cantautores favoritos, al que ya hemos tenido en esta,
esta,
y esta,
entradas, en ellas hablábamos de cómo empieza a actuar en los cafés concierto
de Santiago de Compostela y cómo es animado a participar en certámenes para
principiantes. Con esas tablas decide marchar a Madrid a probar suerte donde conoce
a Tontxu (que le producirá su
primer disco) y será un habitual en las sesiones para cantautores del Café Libertad 8.
Publica en 2008 su disco Maneras de Romper la Ola que le abre la oportunidad de
dar conciertos fuera de Madrid e irse dando a conocer. Su salto al gran público
lo alcanza en 2013 con su disco Moraima, consolidándose como una de las figuras
con más proyección del panorama musical español.
Esta
canción la compuso en Cuba en compañía de un dúo local llamado Buena Fe y en ella
nos habla de un amor concluido pero para nada acabado. Se nos habla de cómo se
tomó una decisión que se creía un paso adelante y que en realidad sólo ha
supuesto un vuelo sin sustentación en un cielo lleno de errores, fruto de la
ruptura de una promesa que saboteó la belleza. Mas el corazón se mantiene fiel
al amor, y se duele de no poder ser correspondido, por eso suplica otro
intento.
La
música es una balada suave de piano y guitarra que serán el fondo de las voces
de los cantantes. Subiendo de tono en el estribillo donde la batería y el bajo
les da la potencia suficiente.
©
Andrés Suárez,
Israel Rojas y EGREM.
Letra Original:
|
Amaneció y me dolió tanto
que tuve miedo de perderte y me quedé arrodillado en tu cintura contándole mentiras a tu piel. Tengo un corazón tan leal a ti que duele. Yo me escapaba de mí mismo cuando me empuja el egoísmo y suelo ser el que te enfoca sin mirarte pareja torpe de tu baile, mírame. Tengo un corazón tan leal a ti que duele. que duele. Volar sin ti, sabiendo que voy sin sustentación volar sin ti, surcar el cielo abierto de un error y volar sin ti, escapando a la ternura de tu rostro ante la Luna y volar sin ti, destrozando una promesa saboteando la belleza mientras yo naufrago en tu lágrima. Mujer lo cambiaría todo pero me debo al tiempo y su poder que es navegar hacia delante, ya lo ves. Traigo la brisa de un anhelo que te despeine la sonrisa y te devuelva la esperanza. Tengo un corazón tan leal a ti que busqué razón casi muriendo cuando otro beso. Volar sin ti es retroceder ceder al no tener seguridad sobre mi piel y no caerse Volar, despliegue del querer espero tengas tiempo pa' otro intento levitar y no moverse. Y volar sin ti, escapando a la ternura de tu rostro ante la Luna. Y volar sin ti, destrozando una promesa saboteando la belleza. Y volar sin ti, escapando a la ternura de tu rostro ante la Luna. Y volar sin ti, destrozando una promesa saboteando la belleza mientras yo naufrago en tu lágrima. Sin ti. |
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