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entradas ha precisado uno de los mejores letristas en castellano que ha
existido para hacer acto de presencia en este blog, y sólo por la petición de
Pi que me lo ha pedido como Placer (suyo) y Culpable (mío). Y no es que no me
gusten algunas de sus canciones como Una de Romanos o 19 Días y 500 Noches,
pero en seguida me canso de esa no-voz (en mi opinión) como me sucede con otros
grandes como Leonard Cohen.
Pero para fortuna de todos aquí tenemos a la defensora de los canta-autores y
musa de mil canciones para poder complementar lo que mis fobias arrinconan.
Joaquín Sabina es
un artista que España descubrió en 1981 en un programa de Fernando García
Tola para TVE llamado Esta Noche, a pesar de que
llevaba más de 10 años de carrera tanto en el exilio como al volver a España a
la muerte del dictador. Es allí donde el público descubrió a un cantautor que
no daba la matraca con temas políticos, sino que hablaba de historias de amor,
desengaño, marginalidad, que todos podían entender porque las estaban viviendo
y con una versificación de gran calidad. Además componía para otros artistas
como Antonio
Flores al que le ofrece esa joya que es Pongamos Que Hablo de Madrid. Después
la fama nunca le ha abandonado tanto en solitario como con sus giras con
artistas como Los
Rodríguez, Fito Páez,
Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel,
aunque el mayor de sus éxitos ha sido superar el infarto cerebral y posterior
depresión que casi se le lleva por delante en 2001. Ha vendido más de 11
millones de discos.
La
letra nos habla de todo aquello en lo que nos podemos convertir bajo los deseos
de la persona amada, de todo lo que podemos decir o sentir con tal de conseguir
su favor, de todas las decisiones que podemos tomar con tal de recabar su
atención. Algunas pueden ser degradantes, otras dignas; unas crueles, otras
compasivas; unas egoístas, otras desprendidas; pero todas con el fin de conocer
el calor de su afecto aunque sea tumbado al mor del fuego de la chimenea a la
espera de la voz de su am@. Puede parecer poco y humillante pero si pensamos en
todos los millones de personas que tienen la nada por horizonte, que mejor que
ser esclavos del amor.
La
música es muy sencilla con un piano que sirve de fondo de la canción y con
ciertos toques de guitarra (con cierto aire blus) y de teclados, hasta que entra
el grupo con el bajo, la batería y los coros. En la segunda estrofa el fondo lo
proporciona un chelo triste, al que se le unen después los violines.
© Joaquín Sabina y
BMG.
Letra Original:
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Puedo ponerme cursi y
decir que tus labios
me saben igual que los labios que beso en mis sueños, puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesino, o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor que me falta algo para atarte a mi cama, puedo ponerme digno y decir toma mi dirección cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas Y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red, tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío, o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda. O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar... |
Que bello tema,como siempre escuchar a Sabina es volar e identifcarse con sus letras en la soledad. Que gran poeta.
ResponderEliminarUno de los mejores letristas en castellano de todos los tiempos y aquí su voz todavía era escuchable, así que una gran canción.
EliminarEsperamos que nos sigas acompañando en el blog.