Octavo
Placer Culpable. Las más de las veces una canción te gusta por el conjunto de
la letra, la música y los intérpretes, los cuales con su atractivo físico o
magnetismo personal pueden hacer más aceptables sus temas. Mas es también
cierto que hay solistas y grupos que por mil motivos (su comportamiento, sus
opiniones, su aspecto) te provocan rechazo a sus trabajos, creando una barrera
casi impermeable a reconocerles sus méritos en público. Eso me pasa a mí con Raphael (al que ya hemos tenido en estas
entradas), poseedor de
una de las voces más impresionantes que ha dado España, al que sólo verle me da
repelús pero que tiene algunos de los temas más emocionantes escritos en
castellano.
Nace
en Linares pero crece en Madrid donde su voz le permite ganar numerosos premios
nacionales e internacionales. En 1962 comienza su carrera profesional en la que
su voz prodigiosa y su gran capacidad actoral en el escenario, le convierten en
ídolo en todo el mundo hispano y de ahí da el salto al resto del planeta,
destacando su popularidad en los países del otro lado del Telón de Acero
siendo en los setenta de los primeros artistas occidentales en actuar y vender
discos en la URSS. Canciones conocidas por todos son Mi Gran Noche, Balada
Triste de Trompeta, Yo Soy Aquel, Como Yo Te Amo, Escándalo… o su “genial”
versión de The Age Of Aquarius (esto último es una maldad). Es el primer
poseedor de un Disco de
Uranio (honor compartido sólo con Michael Jackson, AC/DC y Queen) y ha vendido más de 100
millones de discos.
Digan
Lo Que Digan es una canción que para mí tiene dos atractivos mensajes. El
primero es un canto al optimismo tan demoledor y desmesurado que te hace querer
creerlo a pies juntilla. Todos deseamos ver esos cielos azules sin nubarrones,
esa luz que siempre vence a la oscuridad, esas personas que no acusan si no
perdonan, esas que buscan la paz y el amor, o las que viven para besar y
acariciar y no para amargar la existencia al prójimo, lo hagan por su creencia
en la otra vida o en la Humanidad, todos. Por eso sientes la alegría de pensar
en esa realidad posible y la desazón de ver lo difícil que es lograr que se
haga realidad. Y el segundo es la fuerte reafirmación de uno mismo, de que te
debe importar una higa lo que los demás digan si tú crees firmemente en tus
planteamientos, de cómo en el mundo hay mucha gente tóxica que te va a
desanimar de tus proyectos o fanática que va a tratar de imponerte los suyos, y
de cómo hay que ser fiel a uno mismo.
© Manuel Alejandro y Hispavox.
Letra Original:
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Más
dicha que dolor hay en el mundo
más flores en la tierra que rocas en el mar hay mucho más azul que nubes negras, y es mucha más la luz que la oscuridad. Digan lo que digan, digan lo que digan, digan lo que digan los demás. Son muchos, muchos más los que perdonan que aquellos que pretenden a todo condenar. La gente quiere paz y se enamora y adora lo que es bello nada más. Digan lo que digan, digan lo que digan, digan lo que digan los demás. Hay mucho, mucho más amor que odio. Más besos y caricias que mala voluntad. Los hombres tienen fe en la otra vida y luchan por el bien, no por el mal. Digan lo que digan, digan lo que digan, digan lo que digan los demás. Digan lo que digan, digan lo que digan, digan lo que digan los demás. |
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