Como
Pi y yo coincidimos en lo fundamental no nos queda más remedio que discrepar en
todo lo banal, porque si no nuestras conversaciones serían monólogos en el que
un/a habla y otr@ escucha asintiendo todo el rato, lo cual sería la mar de frustrante
para uno y cansado para el otro. Por eso no es de extrañar que hoy, 23 de abril,
día de Los
Comuneros y por tanto oficial de nuestra comunidad autónoma de Castilla y
León, haya sido tema de controversia entre nosotros, ya que ella es fiel
comunera y yo realista a más no poder. Así que más de una vez me he encontrado
escuchando a nuestra revivida Leona de Castilla declamando
lemas castellanistas como eso de “Castilla entera se siente comunera” o que me
recitase eso otro de:
Viva
Padilla alguien grita,
nadie su voz sofocara,
que amapola comunera
en todo el trigal se ampara.
nadie su voz sofocara,
que amapola comunera
en todo el trigal se ampara.
Pero
como los seres humanos somos capaces de adaptarnos a todo, este día me da pie a
poder dedicarle una entrada a uno de los grupos más importantes de nuestra
tierra como es Nuevo Mester
de Juglaría. Nace en 1969 dentro de la corriente folk que recorrió Europa
en pro del redescubrimiento de la tradición musical autóctona, donde músicos
armados con grabadoras “asaltaban” a los mayores del medio rural para que les
cantasen romances, jotas y demás canciones populares, que después adaptaban con
mayor o menor fortuna. La formación castellana es de las más puristas en estos
arreglos y nos podemos vanagloriar que, gracias a personas como ellos, la
herencia de la música castellana se ha podido mantener casi intacta. De sus
cinco miembros originales se mantienen cuatro tras más de cuarenta años de
historia, y os puedo asegurar que sus conciertos son amenos y con gran
afluencia de público.
La
letra forma parte del poema Los Comuneros del autor leonés Luís López
Álvarez y en ella se hace una defensa encendida de los argumentos de los
ajusticiados frente a los verdugos del rey. Justicia pedían y ajusticiados
terminan. Se maldice a los realistas, y se achaca a esta derrota la decadencia
de Castilla. Termina la canción clamando por un capitán que avive las brasas de
la revuelta para recuperar los derechos, y asegurando que si ha pasado mucho
tiempo mejor arderá la yesca.
La
música empieza con unos ritmos de arrabel y
de pandero, para que en los tercetos entren ya las guitarras y el laud para reforzar el tono
lastimero de los intérpretes. En los cuarteros la música se hace más alegre con
la bandurria
y el almirez. Terminando con
unos toques de dulzaina y
tamboril. Vamos, que en poco más de tres minutos nos dan un paseo por casi
todos los instrumentos típicos de nuestra querida Meseta.
Y ya
que nos ponemos, aprovecho para recordar a los seguidores de esta fiebre
patriótica que si tienen que sacar una bandera de Castilla tomen la que les
pongo en este post, que la morada es un invento basado en unas leyendas
desacreditas ya hace mucho tiempo. Que los dos bandos, cuando se mataron espada
en mano en esa guerra civil que nos asoló en esos años de principios del S XVI,
portaban el pendón carmesí de Castilla.
© Luís López
Álvarez, Nuevo Mester
de Juglaría y Fonogram.
Letra Original:
|
Mil
quinientos veintiuno
y en Abril para más señas en Villalar ajustician quienes justicia pidieran en Villalar ajustician quienes justicia pidieran
Malditos
sean aquellos
que firmaron la sentencia malditos sean aquellos los que ajusticiar quisieran al que lucho por el pueblo y perdió tan justa guerra
Desde
entonces ya Castilla
no se ha vuelto a levantar, ay, ay, no se ha vuelto a levantar
En
manos de rey bastardo
o de regente falaz, ay, ay o de regente falaz
Siempre
añorando una Junta
o esperando un capitán, ay, ay o esperando un capitán
Quién
sabe si las cigüeñas
han de volver por San Blas si las heladas de Marzo los brotes se han de llevar
Si
las llamas comuneras
otra vez crepitarán cuanto más vieja la yesca más fácil se prenderá
Cuanto
más vieja la yesca
y más duro el pedernal si los pinares ardieron aún nos queda el encinar |
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