Yo
formo parte de esas generaciones de españoles que nos criamos escuchando la
copla en los radiocasetes de los coches durante las ocho o diez horas que nos
llevaban desde las mesetas castellanas a las costas mediterráneas, o en las subidas
domingueras a la montaña a respirar aire puro, pruebas ambas que medían la
capacidad de amor que tenía una familia, ya que si se conseguía terminar el
periplo sin matar al/la niñ@ o sin odiar a tus progenitores era que nada podría
acabar con la convivencia. Pero sí que dejó como daño colateral que la música de esos viajes nos
hartara y renegásemos de ella. Sin embargo el paso de los años nos ha permitido
ir rescatando de ese maremágnum sonoro, que era capaz de mezclar a Los Chichos con Antonio Molina, a Manzanita con Camarón, a
aquellos intérpretes de calidad comparable a las grandes figuras mundiales, y
para mi Doña Concha Piquer
es patrimonio de la humanidad.
Nace
en Valencia, a los once años sube por primera vez a un escenario y con quince
se marcha a Nueva York a buscar fortuna, convirtiéndose en figura de
Broadway cantando en castellano e inglés. Vuelve a España en los años treinta donde
entra en contacto con el poeta Rafael de León y el
maestro
Quiroga para que le compongan canciones. De estos dos, junto con Salvador Valverde, es
esta Ojos Verdes que interpretó primero Blanquita Suarez, pero que popularizarán
Miguel de Molina y Concha Piquer. Tras casi
cuarenta años en los escenarios se retira en 1963 y muere en 1990.
La
música es un compendio de la música del momento, capaz de combinar la sobriedad
de un tablao flamenco con una guitarra rasgando sus notas, con toda la potencia
de una orquesta de zarzuela. Empieza con un piano que enseguida es sustituido
por la guitarra española, y que alternándose serán los que cierren a la voz en
las estrofas. La sección de cuerda será el fondo para hacerse presente en los
interludios. Y de la voz de la intérprete no digo nada porque su fuerza y la
emoción que transmiten expresadas en palabras quedarían muy mal explicadas.
La
letra es toda una historia de amor que nos explica el porqué del éxito que
tenían estas canciones, en las que desarrollaban toda una historia en cuatro
minutos. Nos habla de cómo a un burdel llega un jinete, y cómo le entra a la
meretriz que se encontraba en la puerta pidiéndole lumbre para su cigarro,
cómo esta le requiebra que para fuego el que ella tiene en los labios. Y
entonces el amor mercenario se torna en pasión enamorada que hace de la noche
su trinchera, para que la mañana les devuelva a la realidad de lo que son y lo
que les espera. Pero esa noche de mayo se quedará por siempre grabada en sus
almas.
Letra Original:
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"Apoyá"
en el quicio de la mancebía
miraba encenderse la noche de mayo, pasaban los hombres y yo sonreía hasta que a mi puerta paraste el caballo. Serrana ¿me das candela? y yo te dije: "gaché, ven y tómala en mis labios que yo fuego de daré" Dejaste el caballo y lumbre te di y fueron dos verdes luceros de mayo tus ojos "pa" mi. Ojos verdes, verdes como la albahaca, verdes como el trigo verde y el verde, verde limón. Ojos verdes, verdes, con brillo de faca que se han "clavaíto" en mi corazón. "Pa" mi ya no hay soles, luceros, ni luna, no hay más que unos ojos que mi vida son. Ojos verdes, verdes como la albahaca, verdes como el trigo verde y el verde, verde limón. Vimos desde el cuarto despertar el día, y sonar el alba en la torre la vela, dejaste mis brazos cuando amanecía y en mi boca un gusto de menta y canela. Serrana para un vestido yo te quiero regalar, Yo te dije: "estás "cumplío", no me tienes que dar ná" Subiste al caballo, te fuiste de mí, y nunca otra noche más bella de mayo he vuelto a vivir. Ojos verdes, verdes como la albahaca, verdes como el trigo verde y el verde, verde limón. Ojos verdes, verdes, con brillo de faca que se han "clavaíto" en mi corazón. "Pa" mi ya no hay soles, luceros, ni luna, no hay más que unos ojos que mi vida son. Ojos verdes, verdes como la albahaca, verdes como el trigo verde y el verde, verde limón. |
Jo, Gui, que bonita has contado la historia. Ya sabes tú, que me encanta esa canción...
ResponderEliminarBonita es la historia, sólo la he resumido con cuidado de no hacer de menos tan inspirada letra.
ResponderEliminarEsta canción la cantaba mi madre y mis tías y tíos todos españoles llegados a Chile, siempre la escuché cantada por un varón pero no puedo encontrarla para grabarla .
ResponderEliminarAlguien sabe quien es el varón que cantaba Ojos verdes ? hablo de los años 50 adelante.
ResponderEliminarHola Patricia, esta canción la han interpretado muchos artistas pero el que es más reconocido por hacerlo, junto a Doña Concha, es Miguel de Molina https://youtu.be/cCaJXZUblm4
EliminarMiguel Herrero la cantó (y grabó para Montilla) de una manera soberbia.
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