España
siempre ha sido un país de emigración, unas veces por la puerta grande como
conquistadores de tierras que al final nos terminaron conquistando a nosotros y
en otras con la cabeza gacha pidiendo el trabajo y el dinero que nos faltaba en
nuestra patria. Pero desde los ochenta del pasado siglo, con la vuelta de
muchos emigrantes en países europeos, se instauró en nuestra conciencia
colectiva que emigrar era un último recurso, algo que sólo haces cuando estás
desesperado, y esto se ha visto aumentado con todas las personas que han tenido
que hacerlo durante la Crisis. Sin embargo, en un mundo tan global como el
nuestro, creo que se debe plantear como la posibilidad de encontrar
oportunidades de crecer y de ser más, y como ejemplo de los beneficios que te
puede ofrecer dar el salto os traemos a una banda que nació en España pero fue
en México donde encontró el éxito.
La Quinta Estación
se forma en el 2000 como un grupo de ensayo donde iban y venían diferentes
músicos. Preparan una maqueta que mueven por las discográficas nacionales sin
éxito, pero esta llega a BMG México que les propone que vayan a la gran nación
azteca para lanzar su primer disco. Al final de todos ellos serán sólo cuatro, Natalia Jiménez
(voz), Ángel Reyero
(guitarra), Pablo
Domínguez (bajo) y Sven Martín (guitarra), quienes acepten el reto. Al
principio su LP, Primera Toma, apenas
tuvo relevancia, pero consiguen colar su tema ¿Dónde Irán? en una telenovela y
su éxito será notable. Para su segundo trabajo, Flores De
Alquiler, no contarán con Sven Martín y con él consiguen la repercusión
en Iberoamérica que esperaban con más de medio millón de discos vendidos y
siendo premiados como grupo novel por la MTV
Latinoamérica. En 2006 deciden apostarlo todo en el disco El Mundo Se Equivoca
que contendrá algunas de sus canciones más conocidas como Me Muero o esta Sueños Rotos
y que les consiguen los primeros puestos en las listas nacionales e
internacionales, llegando al millón de discos vendidos. Tras tres años de giras
de gran repercusión por toda España y América se meten en el estudio para
grabar Sin Frenos pero las
discrepancias de Pablo
Domínguez con los dos integrantes del grupo motivarán su salida del mismo. Colocarán
de nuevo sus canciones en las listas de habla hispana con sencillos como Que Te Quería
(número uno en España y México) o Recuérdame
pero problemas personales de la cantante y el deseo de ambos de apostar por sus
carreras en solitario provocará un parón en 2010 que dura hasta hoy.
Es
la historia de un reencuentro tras una ruptura en la que no se buscan
culpables, donde se asumen los fallos cometidos y donde por última vez volverán
a sentir ese amor que terminó en sueños rotos.
La
música empieza con unas notas tristes de piano, teclados y sección de cuerda
que antecede a la voz de la solista que va cogiendo fuerza hasta llegar a darlo
todo en el estribillo. A partir de ahí entra la batería, el bajo y las
guitarras.
©
Armando Ávila, Ángel
Reyero, Pablo
Domínguez y Sony.
Letra Original:
|
Aquella
rosa muerta en la calle espera,
mensaje tras mensaje, preparándose a volar, porque habías sido tú mi compañera, porque ya no eres nada, y ahora todo está de más.
Si
no te supe amar, no fue por ti,
no creo en el amor y no es por mí, si no te supe ver y te perdí, si cada día que me das te hace sufrir. No, no
Volver
a verte otra vez,
con los ojitos empapados en ayer, con la dulzura de un amor que nadie ve, con la promesa de aquel ultimo café, con un montón de sueños rotos.
Volver
a verte otra vez,
volver a verte otra vez, con un montón de sueños rotos.
Deje
el orgullo atrás por un instante,
me prepare a estar sola una vez más.
Si
no te supe amar, no fue por ti,
no creo en el amor y no es por mí, si no alcance a entender y te perdí, si cada día que me das te hace sufrir, No, no.
Volver
a verte otra vez,
con los ojitos empapados en ayer, con la dulzura de un amor que nadie ve, con la promesa de aquel ultimo café, con un montón de sueños rotos.
Volver
a verte otra vez,
volver a verte otra vez, con un montón de sueños rotos.
Volver
a verte otra vez,
con los ojitos empapados en ayer, con la dulzura de un amor que nadie ve, con la promesa de aquel ultimo café, con un montón de sueños rotos.
Volver
a verte otra vez,
volver a verte otra vez, con un montón de sueños rotos. |
Buena reflexión inicial, gracias por la info y saludos!
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